domingo, 11 de abril de 2010

El sector del vino y su testaruda realidad

Por Ángel Rico*
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Voy a tratar de satisfacer aquellas peticiones que tras mi último artículo, insistieron en que ampliase los datos en relación al mundo del vino en España.

Empezaré con una simple perogrullada, el Vino es un producto que está en el mundo para ser consumido. Así viene siendo desde que el Dios Baco nos mostró las cualidades y características de esta bebida.

En mi época de miembro del Comité Consultivo Vitivinícola en la UE en Bruselas (entonces CEE, desde 1986 a 1993) España (1) producía casi cuarenta millones de hectolitros y teníamos, entonces, un consumo de más de veintidós millones de hectolitros. Por lo que había que hacer frente a unos excedentes de casi dieciocho millones de hectolitros.

Transcurridos veinte años desde entonces, en el mundo han cambiado muchas cosas. Ahora los motores utilizan biocombustibles, la moneda única es el Euro, la UE está compuesta por 27 países y en la Casa Blanca gobierna un presidente negro. Y en el mundo del Vino (en España) han ocurrido algunos cambios. Ahora producimos casi cuarenta y cuatro (44) millones de hectolitros y tenemos un consumo de menos de diecisiete (17) millones de hectolitros, es decir, unos excedentes de casi veintisiete (27) millones de hectolitros. Nueve (9) millones más que hace veinte años.

Y partiendo de esta realidad es como hay que afrontar la cuestión. Para reducir esos excedentes el sector del vino solicita al Gobierno de España (el peor gobierno de la democracia) que utilice unas medidas consistentes en destilar parte del vino excedentario y transformarlo en alcohol. Quince (15) millones de euros se van a dedicar próximamente a esta medida. De esta forma, y siempre desde un punto de vista teórico, como hay menos oferta el precio del vino –debería—subir. ¿Pero como va a subir el precio de un producto del que, a pesar de esta nueva destilación, seguirán sobrando más de cinco millones de hectolitros?

Y segunda cuestión: ¿Por qué debe ser el presupuesto general quién se haga cargo de esta jugada comercial?. En este momento en España hay muchos sectores en crisis, el de la construcción y el del transporte por carretera, por ejemplo. En el transporte, que supone el 13,5% del PIB, sobran casi el 25% de los transportistas. Y el propio sector está corriendo con el enorme coste que supone esa realidad, no habiéndose planteado solicitar al Gobierno de España (el peor gobierno de la democracia) que corra con el coste de saldar las letras impagadas de una parte de los camiones que sobran. Los fabricantes de ladrillos tampoco han pedido al Gobierno de España, que compre los ladrillos excedentarios que no se han vendido.

Entonces, ¿Por qué de una forma repetida las arcas públicas deben seguir corriendo con los gastos de un sector que no se ha reestructurado en casi un cuarto de siglo? ó ¿Hasta cuando los ciudadanos, con sus impuestos, van a permitir que en el Vino la realidad continúe como está?

Si el vino es un producto que está para ser consumido, ¿Por qué se debe pagar con nuestros impuestos los excedentes que no se consumen? ¿Por qué si estos excedentes y no otros?

El sector debe plantearse que su reto está en conseguir aumentar el consumo de vino hasta acabar con los excedentes. Y aquí aparece otra paradoja, varias encuestas han demostrado que en los tres municipios que más vino producen de España, los ciudadanos de esos municipios consumen anualmente una cantidad tres veces mayor de cerveza que de vino. Luego entonces, ¿Por qué deberemos ser, todos los demás, quienes paguemos un producto que no consumen aquellos que lo producen?

Los que pagan impuestos pueden admitir que de forma coyuntural se ayude a uno u otro sector en crisis. Pero nadie (absolutamente nadie que pague impuestos) admite que un año tras otro se dediquen fondos a pagar las flaquezas de un sector que no puede (o no quiere) resolver sus problemas crónicos.

Las peticiones del sector para eliminar excedentes ahora, son las mismas que yo planteaba al respecto hace veinte años. El mundo ha cambiado, España ha cambiado (ahora tenemos a Bibiana Aido) y, sin embargo, bastantes de los actuales representantes crónicos (2) del sector del vino son las mismas personas que desde el principio de la democracia pedíamos (y ellos siguen pidiendo) las mismas soluciones para los mismos problemas.

A nadie se le ha ocurrido pensar que tal vez, solo tal vez, algo de responsabilidad en este problema tienen aquellos no han variado sus reivindicaciones, cuando todo lo demás se ha visto cambiado por la realidad de los tiempos.

Como dijo Jean Cocteau: “Un vaso medio vacío de vino es también uno medio lleno, pero una mentira a medias de ningún modo es una media verdad”.

Me temo que tendremos que seguir hablando de este sector en el futuro. Por mi parte me comprometo a ello. Se admiten sugerencias.


1.- España produce 44 millones de hectolitros. Castilla-La Mancha 22 millones y Ciudad Real 11 millones. En España solo nos bebemos 17 millones de hectolitros.
2.- Dicho de un vicio que viene de antiguo. (RAE)

* Es Presidente del Grupo de Empresas Agrarias (GEA) y ex miembro del Centro Nacional de Jóvenes Agricultores (1979-1993)


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