A los ciudadanos les debe respeto, y a los electores les debe la verdad

*Por Ángel Rico

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Dicen mis amigos que: --María Dolores Cospedal y un servidor, coincidimos en haber leído, “El Código de Hammurabi”, “El Espíritu de las Leyes, de Montesquieu” y “la Constitución Española"-- yo espero que exista alguna lectura más a la que le hayamos dedicado tiempo, como por ejemplo:

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-- “La Constitución de Atenas, de Aristóteles”, “la República, de Platón”, “Utopía, de Tomás Moro”, “La democracia en América, de Tocqueville”, “el Diccionario Filosófico, de Voltaire”, “Elogio a la Locura, de Erasmo”, “Las pasiones y los intereses, de Alberto O. Hirschman”, “El retorno de la Historia y el fin de los sueños, de Robert Kagan”, “El poder de las ideas, de Isaiah Berlin”, “La doctrina del shock, de Naomi Klein”, “La política como profesión, de Max Weber”, “De las conjuras, de Nicolás Maquiavelo” y “Don Quixote de La Mancha”, entre otras—

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La verdad, es que observando atentamente el desarrollo de los acontecimientos políticos protagonizados por Cospedal, concluyo que –algunas de estas lecturas aún no han pasado por las manos de María Dolores—, porque lo normal en el ser humano, en general, y en los políticos, en particular, es –conservar aquello que se tiene--, en Cospedal esa tendencia de conservación, se ve contradicha por las sucesión de ofensas hacia sus electores naturales. Propensión políticamente suicida que, en algún momento, acabará siendo estudiada en las facultades de Ciencias Políticas y Sociales, en relación a lo que no conviene hacer en política.

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Cuando ayer, en la inauguración de la “20 Interparlamentaria Popular” la Secretaria General del PP, les dijo a sus acólitos, empleados por la estructura vertical del PP, para defenderse de la frase --tomaremos nota— que esa misma mañana había pronunciado José María Aznar: --“mirad a quien tenéis a vuestra izquierda y a vuestra derecha, esto es el PP”--, evidenció, lo que hace unos días en Talavera de la Reina alguien, del PP, calificó como: --La soberbia de la abogada del Estado--.

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Pretender ser –más PP, que quién inventó el PP--, es una manifestación de soberbia; o dicho de otra forma –pretender ser más PP, que los votantes del PP es una expresión de altivez que tendrá consecuencias directas para ese partido--. Porque sin los votantes del PP de Aznar, cuando Cospedal dijo a los amaestrados parlamentarios –mirad a quien tenéis a vuestra izquierda y a vuestra derecha--, muchos no habrían podido ver a nadie, porque muchos no habrían sido elegidos diputados ni senadores. Por tanto la petulancia de María Dolores de Cospedal, pone de manifiesto que: –en el, actual, PP solo hablan entre ellos, no conocen las preocupaciones de los ciudadanos, porque cuando miran a izquierda y derecha solo se ven a ellos mismos, desconociendo la verdadera preocupación de la ciudadanía civil--.

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Cuando Cospedal, en su discurso de ayer, dijo, --“Debemos recordar de donde venimos”— estaba olvidando de donde ha venido ella misma. Del PP que defendía la esencia política, que ahora Aznar recuerda. El PP debería ser, no la suma de los que en sus reuniones, están a la derecha y/o izquierda, en ese acto; sino, también, los insultados por haber asistido a una concentración de rechazo por la puesta en libertad de terroristas, sentenciados a cientos de años de condena; a quienes conservan en sus casas el último programa electoral  del PP y leen con tristeza como se prometía “bajar impuestos”; como se dibujaba una España con los mismos derechos y deberes; como el papel programático demuestra el incumplimiento de todas y cada una de las promesas electorales de 2011. Sin que nadie en el PP haya pedido perdón.

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Usted, respetado lector, estará pensando: --que va a pensar este (un servidor) que nunca fue del PP--, y tiene razón, nunca he sido del PP, como tampoco lo he sido del PSOE, ni del PC, y no lo soy de ningún partido político. Desde esa, peligrosa, independencia, digo lo que digo. Pero no, por un ataque adivinatorio de lo que piensan los ciudadanos, sino porque muchos ciudadanos coinciden en tales observaciones y las comentan en lugares públicos.

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De haber leído, María Dolores, “Las pasiones y los intereses”, “La democracia en América” o “De las conjuras” a las que anteriormente aludí, sabría que procede --enviar a un propio a hablar con su propia gente, con los alcaldes de pueblos pequeños, con asociaciones no ligadas al momio del PP salarial o subvencionado, para comprender como de grande serán las próximas derrotas electorales, si no se cambia el rumbo—

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Hay que tener cuidado con las palabras, porque en ocasiones, las carga el diablo, cuando Cospedal dice, por ejemplo: --“No somos un partido de sectarismo, ni de separaciones ni divisiones”, “Representamos a los españoles por igual”, “Hay que incluir a todo el mundo en este gran proyecto nacional que es España” o “Nuestro partido no deja a nadie atrás, a nadie detrás”—(sic) provoca una hilarante carcajada entre el respetable; sobre todo cuando en el propio Gobierno que Cospedal dirige, se marginan proyectos creadores de empleo, de riqueza, de innovación, por el simple hecho de que –el Proyecto en cuestión supera a los responsables del negociado correspondiente--. Cuando el resultado de la gobernación de Cospedal ha producido, en Castilla-La Mancha, 49.000 desempleados más que cuando llegó al gobierno, es necesario que las personas independientes, le recordemos a Cospedal que: --A los ciudadanos les debe respeto, y a los electores les debe la verdad--.

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…He dicho!

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*Es Presidente del GEA & GEA