martes, 22 de abril de 2014

Por qué sentí vergüenza

*Por Ángel Rico
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Numerosos amigos militantes del partido político de la mayoría, o el que en noviembre de 2011 era el mayoritario, me han telefoneado para –“afear unos comentarios que hice en facebook en relación al viaje negocio del lobby oficial al Golfo Pérsico, donde comenté, en relación a la interpretación de la ministra de Fomento “siento vergüenza”, ¡mucha vergüenza”--. Como he tenido que explicar, a mis ofendidos políticos interpelantes,  el motivo de tal confesión, --la de sentir vergüenza--, me veo en la obligación de aclarar aquí el motivo de mi vergüenza.
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Es conocido que: --Una comisión de veinte empresarios encabezados por el Rey Juan Carlos, y con la compañía de cuatro ministros (Fomento, Exteriores, Industria y Defensa) viajaron del 13 al 16 del presente mes de abril, a Emiratos Árabes y Kuwait, para llevar a cabo una, más que discutible, acción de lobby a favor de dichas empresas, y que puedan ser beneficiadas con la participación en los proyectos de modernización que se llevarán a cabo en estos países--. Independientemente de que resulta paradójica una implicación tan directa a favor de unas pocas empresas “amigas” cuando son miles las –empresas-- que, en España, agradecerían que el interés Real se preocupase de la problemática que tienen que superar cada día miles de empresarios sin pedigrí pero creadores de empleo real.
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Pero esta especial actuación de la comitiva oficial hacia unas empresas del IBEX35, por la cercanía personal del Jefe del Estado con la realeza árabe, podría ser simplemente discutible. Y, un servidor, admitiría tener una opinión equivocada en lo que consideré (entonces) un “viaje disparatado por el Golfo Pérsico”, hasta que apareció en la teatral escena pérsica la ministra de Fomento, dentro de la comitiva oficial, vestida con un enlutado disfraz de mujer sumisa, obediente y sin derechos, para no ser “repudiada” de aquella comisión tan “machista” por los amigos árabes del Rey. Ahí fue donde yo no busqué la vergüenza, sino que la ajena vergüenza, vino a mí. Y pensé –ya que usted, señora ministra, no se ruboriza, permita que yo me ruborice por los dos--. Un poco más de dignidad habría sido conveniente. Anteponer los intereses económicos de unas empresas privadas a la dignidad de un miembro del Gobierno de España, es algo perfectamente criticable en los tiempos que vivimos.
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En declaraciones a la prensa la ministra de Fomento, Ana Pastor, tras firmar un acuerdo de colaboración con el Gobierno de Kuwait por el que los dos países se comprometen a cooperar para el desarrollo de las infraestructuras de transporte, dijo: --que estos acuerdos serán buenos para los intereses y el empleo españoles--. Y ahí es donde cabe mostrar, con el debido respeto, las discrepancias existentes, a saber:
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Primero.— Las infraestructuras de transporte en Kuwait no son de las competencias directas del español Ministerio de Fomento.
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Segundo.- Las empresas constructoras que cotizan en bolsa, no puede confirmarse que sean españolas, porque sus accionistas pueden estar repartidos por el “mundo mundial”. Por ejemplo, una compañía con un nombre tan español como CEPSA (Compañía Española de Petróleos Sociedad Anónima) es cien por cien kuwaití.
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Tercero.- La experiencia de que estos macro contratos no generan empleos en España, puede demostrarse con el ejemplo del “súper Real contrato” del Ave del desierto, a La Meca, en Arabia Saudí, y otras construcciones aledañas, donde las empresas adjudicatarias, han dispuesto de  --cemento, arena, maquinaría de construcción y mano de obra paquistaní—puestos a disposición por los delegados del Gobierno Árabe. Usted, respetado lector, se estará preguntando: --¿Por qué podría conocer yo estos datos?—Respuesta: --Porque he participado en la selección de empresas interesadas en contratar como “subcontratadas” de las grandes empresas adjudicatarias y, donde salvo los jefes de obra, de personal, y algún técnico cualificado, todos los demás trabajadores necesarios no son españoles, sino que se extraen de la súper bolsa de trabajadores, en este caso paquistaníes, que ofrecen los contratantes.
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Cuarto.- Todo lo anterior podrían ser cuestiones triviales, si la ministra de Fomento, no tuviese abandonado al sector del Transporte de mercancías por carretera. --Asunto que sí es de su directa competencia--. Pero cuando el Transporte, que es vital para la economía nacional, recibe por parte de la señora Pastor, la más absoluta de las indiferencias. Cuando la red nacional de carretera, en España, merecen una urgente reparación por su evidente abandono. Y, cuando miles de autónomos del Transporte de carretera, están viendo como se incumple, por una parte, la Ley de Morosidad y, por otra, se ven obligados –por la displicencia ministerial—ha realizar el transporte por debajo de los costes indicados por el propio Ministerio de Fomento, en su “Observatorio de costes del transporte de mercancías por carretera”, resulta insultante que la ministra dedique tiempo a que los amigos contraten en el Golfo Pérsico, cuando  los profesionales del Transporte, que permiten que la actividad nacional no se pare, siguen siendo invisibles para la ministra de Fomento.
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No hay asuntos para los españoles, --¡ninguno!-- que merezcan tanta perdida de dignidad. Se empieza considerando admisible dialogar --“disfrazada de mujer sumisa y sin derechos”-- con quienes marginan a las mujeres, y se acaba aceptando como normal que –los profesionales del Transporte de mercancías por carretera en España tengan que trabajar a un cuarenta por ciento inferior a los costes recomendados por el propio Ministerio de Fomento--.
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Como dijo Baltasar Gracián: --Hemos de proceder de tal manera que no nos sonrojemos ante nosotros mismos--.
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…He dicho!
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*Es Secretario General de Transfuturo

2 comentarios:

  1. http://www.elconfidencialdigital.com/dinero/escandalo-AVE-Barcelona-Fomento-condiciones_0_2268373159.html

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  2. http://vozpopuli.com/editorial/43508-los-viajes-no-explicados-del-rey

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