jueves, 26 de agosto de 2010

Tres muertos de los nuestros en zona de guerra


Por Ángel Rico*
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Tenemos que digerir la triste noticia del asesinato de tres (3) españoles en Afganistán, dos Guardias Civiles, el capitán José María Galera, el alférez Abraham Leoncio Bravo y su traductor español de origen iraní, Ataollah Taefi Kalili, por un talibán (amigo) infiltrado como policía en el cuartel español
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Morir en zona de guerra es un riesgo posible. Morir en zona de guerra sin que el gobierno, que te envía a esa guerra, quiera reconocer que es una guerra, es insultante. Y que el Presidente de ese Gobierno (el peor gobierno de la Democracia) dicte una conferencia de prensa para informar de la liberación de los dos “prógres de izquierdas”, temerarios y caprichosos, secuestrados por los talibanes, por haber realizado un viaje “solidario” e idiota a Mauritania, y no convoque igualmente, como máximo responsable que es de que nuestros soldados estén en Afganistán, otra conferencia de prensa para informar a la opinión pública de la noticia de tres (3) españoles asesinados en Afganistán por los talibanes, es inadmisible.
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Todos los países que tienen soldados en la zona, empezando por Estados Unidos, (Reino Unido, Francia, Italia dentro de la ISAF) admiten que el conflicto afgano se trata en realidad de “una guerra”. Todos los países menos España. Y si los españoles no estamos en una guerra ¿qué hacemos en Afganistán? Según el Presidente del Gobierno y los ministerios implicados, Defensa, Interior y Exteriores, algo parecido a lo de la oenegé “Barcelona Acció Solidaria”. Y claro, si nuestros soldados y guardias civiles están en plan oenegé, no es necesario que sobre el terreno dispongan del material militar que los demás países usan en esta guerra. Y tampoco es necesario que la estrategia y la táctica que están obligados a practicar sea diseñada por la Escuela de Estado Mayor, sino por el Ministerio de Igualdad de Bibiana Aído. Y las consecuencias las estamos sufriendo.
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Zapatero prometió a Obama una “participación importante de efectivos españoles en Afganistán”. En un Afganistán que es diferente del que envían militares los demás países de la OTAN. Nosotros no queremos estar en guerra, pero los talibanes sí y por ello pueden “premeditar los atentados” y matar a los nuestros. Noventa y cinco muertos hasta la fecha.
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Para el Gobierno Español, los talibanes no son enemigos de España, ya que forman parte de los países miembros de su “alianza de civilizaciones” y, últimamente, a los secuestradores de occidentales ni se les considera terroristas, sino “hombres de negocios”, con derecho a recibir cuantiosos fondos de nuestros impuestos, y, con pedigrí suficiente para viajar en el mismo automóvil que los secuestrados-liberados.
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No me digan ustedes que no es de ser modernos y civilizados, el ejemplo de los miembros de nuestras oenegés en Alqaelándia. Viajar juntos y de forma sonriente, secuestrador (hombre de negocios) y secuestrados. Lo que me pregunto es ¿si los liberados le habrían ayudado al hombre de negocios a contar el dinero? (nuestro dinero). En el resto de occidente envidiarán nuestra modernidad y capacidad para integrarnos en la alianza de civilizaciones. Seguro que desde otros países nos invitan a sus universidades de verano para enseñarles cómo lo hacen las modernas oenegés del régimen zapateril.
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La diferencia entre Zapatero y los miembros de la Guardia Civil, es que el Presidente del Gobierno prometió acatar la Constitución y cumplir y hacer cumplir las Leyes, y no lo hace. Y los guardias civiles se comprometen a dar su vida por España, y cuando hace falta cumplen con su compromiso.
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Otra diferencia insultante es que Zapatero gasta cientos de millones de euros en fomentar su proyecto de “alianza de civilizaciones” y, la Guardia Civil tiene que mantener su actividad diaria en la mayor de la desidia de medios, de salarios y de respeto, por parte del gobierno.
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¿A quien creen ustedes que apoya la sociedad española? Coincido con ustedes. Por ello hay que denunciar la actitud del gobierno y la sorprendente pasividad de la oposición, que a la hora de denunciar la marginación de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, siempre se quedan sin acabar el trabajo. Como si no estuviesen plenamente convencidos de la marginación entre las FyCSE, y las policías locales y autonómicas. Porque si hay dinero para pagar a los “hombres de negocios”, deberá haberlo para pagar salarios decentes a quienes comprometen su vida para garantizar la seguridad de todos.
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Ahora esperemos que el Gobierno de España trate a los fallecidos con la dignidad, que se merecen aquellos que han muerto por cumplir las órdenes de un gobierno que tapa su mala gobernación con arrogancia.
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* Es miembro de FAPE

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