viernes, 31 de agosto de 2012

La sombra de los intereses en la energía nacional es alargada


*Por Ángel Rico
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La economía nacional está en recesión,  la caída del consumo por los recortes han llevado al PIB a una caída, entre abril y junio, del 0,4%. Cuando notemos los negativos resultados de la subida del IVA, que empezará a aplicarse en este mes de septiembre, comprobaremos que la depresión de la actividad económica general del país no es algo pasajero.
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Ningún país desarrollado puede tener un crecimiento razonable, con una energía cara. La realidad energética nacional, con pocas centrales nucleares y con un, vergonzante, oligopolio energético en gasóleos, gasolinas y gas, tiene como resultado que, para los españoles, la energía sea una carga excesivamente pesada y, por tanto, paralizante y creadora de desempleo.
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La suma de intereses particulares que existen en España perjudican a la mayoría de los ciudadanos, como por ejemplo:
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A.- Que en un país en bancarrota, como el nuestro, sea más interesante mantener cada año 3,5 millones de hectáreas de improductivo, pero subvencionado, barbecho, que dedicando ese terreno para cultivar materia prima, (colza en secano) para producir biodiésel nacional.
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B.- Que en un país en bancarrota, como el nuestro, sea más interesante mantener 42 fábricas de biodiésel cerradas, antes que produciendo biodiésel con materia prima nacional. (Los poderes públicos de España aportaron  mil millones de euros en ayudas para construir las fábricas que, hoy, se mantienen cerradas y sin actividad).
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Para hacerse una idea del potencial productivo de los terrenos de, endémico, barbecho anual en España (repito: 3,5 millones de hectáreas al año) equivale a 40 millones de barriles de petróleo brent.  Es decir, de 40 millones de barriles de petróleo se obtiene la misma cantidad de gasóleo, (además de otros derivados) que biodiésel de 3,5 millones de hectáreas de barbecho (que producen proteína para la alimentación animal en el mismo número de toneladas que biodiésel). Estamos hablando –con la cotización del brent de hoy—de  (al cambio) 3.600 millones de euros (4.500 millones de dólares).
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C.- Que en un país en bancarrota, como el nuestro, haya que pagar el combustible a 1,60 euros litro, en lugar de los 0,85 euros litro, que costaría el biodiésel nacional para el transporte de mercancías por carretera, es sencillamente forzar a la economía a la recesión y, por tanto, al aumento del desempleo y la pobreza. ¿Quién se responsabiliza de estos resultados?
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D.- Un país en bancarrota, como el nuestro, no puede permitirse tener políticos, en las comunidades autónomas, en particular y, en el Estado, en general, a quienes les asuste afrontar el futuro energético para conquistarlo. Cediendo vergonzosamente a los intereses gremiales (la agricultura del siglo XIX) y de sociedades que cotizan en el IBEX 35, olvidándose del bien general.
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Aplicarse en el apartado “A”, supondría --además de una importante generación de empleo rural, y de fijar la población al territorio--, la absorción de 22 millones de toneladas de CO2, que ahorraría al Estado 154 millones de euros, al no tener que recurrir a comprar cuotas de carbono en el mercado internacional. (Cada hectárea cultivada de colza absorbe 6,29 toneladas de CO2).
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Aplicándose el apartado “B”, para utilizar el biodiésel nacional producido en las fábricas españolas, (en lugar del carísimo gasóleo) con materia prima producida en el endémico barbecho existente cada año, el transporte de mercancías por carretera reduciría  en 6,5 millones las toneladas de CO2 emitido a la atmósfera y, por tanto, el ahorro para el Estado, en este escenario, sería de 45 millones de euros al año, al no tener que estar obligados a comprar cuotas de carbono en el mercado internacional a 7 euros por tonelada, para cumplir los vinculantes acuerdos de Kioto.
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Los transportistas profesionales están en la disyuntiva de protagonizar un paro general de su actividad, para que la sociedad y el gobierno, sean conscientes de la importancia de este sector, que es protagonista en todo tipo de actividad económica de un país que necesita salir de la bancarrota. ¿Dónde está escrito que los transportistas tengan que ser los pagadores de la apatía política?
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Hay personas y entidades dispuestas a “que otra energía sea posible”, --nacional y más barata-- también es cierto que las marcas de camiones “Mercedes-Benz”, “Iveco” y “Scania” han demostrado estar a la vanguardia de los tiempos, garantizando que sus vehículos pueden funcionar tanto con gasóleo, como con biodiésel. Cuando se consiga --¡que se conseguirá!—que el biodiésel esté al alcance de los transportistas más profesionales, las demás marcas se acostumbrarán a ver la trasera de las marcas mencionadas. Porque como dijo el clásico: --Renovarse a morir--, los transportistas solo pueden garantizar su actividad cuando dispongan de energía barata, si además esta es renovable y nacional, estarán ayudando a crear empleo, y a aportar ingresos a la Hacienda Pública.
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Quienes no estén dispuestos a adaptarse a los nuevos tiempos, ya están de sobra, sean transportistas, marcas de camiones o políticos. De ellos depende seguir formando parte del ahora, en caso contrario, los unos y los otros estarán mostrando querencia para el desguace, profesional, comercial y político.
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…He dicho
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*Es Presidente del Grupo de Empresas Agrarias (GEA)

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