martes, 29 de julio de 2014

La incoherencia de la incoherencia

*Por Ángel Rico
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La frase del título no es mía, sino de Averroes, --nacido el 14 de abril de 1126 en Córdoba—y uno de los más significados pensadores que ha tenido el mundo musulmán; porque aunque pueda parecer increíble, hubo un tiempo en que los musulmanes leían, entre otros, a Santo Tomás de Aquino y Aristóteles, analizaban lo leído y sacaban conclusiones propias. Hoy en día eso no sería posible porque, la Sharía prohíbe la lectura de libros que no sean el C`ran y, por tanto, no hay libre albedrío.
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En “La incoherencia de la incoherencia”, ó “La refutación de la refutación” (que de ambas formas se nombró en el pasado) la obra más conocida del filósofo Averroes, consideraba que –la filosofía y la fe-- no son opuestas ni separadas sino que existe una única verdad,  accesible desde ambos caminos que, aunque autónomos,  es posible llegar  a ella. Defensor de la doctrina aristotélica,  reclama que es compatible con el Islam.  Eso era entonces, cuando Averroes y otros filósofos musulmanes, como Al-Ghazali afirmaban que: --hay que estar bien versado en las ideas de los filósofos para refutarlas--.
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¿Se imagina usted, respetado lector, al líder del grupo islamista nigeriano Boko Haram, Abubakar Shekau, --quien se hizo famoso al reivindicar en televisión, acompañado de un Kaláshnikov, el rapto de cientos de niñas en Nigeria--, refutando las ideas de Tomás de Aquino, o de Aristóteles? Y ¿al líder de Hamás, Ismail Haniya, rebatiendo La República, de Platón? O ¿A Abu Bakr Bagdadi, autoproclamado «califa» de un califato que va desde Alepo, Siria, a Diyala, en Irak, y que está masacrando a los cristianos en Mosul, contradiciendo el Elogio a la locura, de Erasmo de Rotterdam, o las Meditaciones, de Marco Aurelio?
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En los territorios que lideran los personajes mencionados, hay varias cosas en común: --No hay Derechos Humanos, se aplica la Sharía y los ciudadanos no conocen la Libertad--. Y esa forma de actuar no solo perjudica a sus propios ciudadanos, sino también a millones de personas en otros países.
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Aquella frase de Franklin Delano Roosevelt: --“Tal vez Somoza sea un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta”--  sería de aplicación en relación a los sátrapas,  (que como es sabido y según el DRAE son, --hombres sagaces, que saben gobernarse con astucia e inteligencia, o que gobiernan despóticamente) que gobernaban en Egipto, Libia, Irak, y todavía en Siria; porque después de la “ilusión” de las “primaveras árabes” que teóricamente y, según palabras de la, entonces, Ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, --llevaría la libertad y democracia a esos países--, han demostrado que, visto lo visto, para los ciudadanos de los países mencionados –y sobre todo para las mujeres--, “los hijos de puta de entonces, fueron mejores que los islamistas actuales”.
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Con esto no estoy defendiendo volver a la satrapía como modelo de gobierno. Solo quiero evidenciar que con sistemas de gobierno basados en la Sharia, donde la libertad, el libre albedrío, la educación y los Derechos Humanos están prohibidos, los ciudadanos están condenados a desconocer el significado de la palabra “libertad” y, por tanto, a ser esclavos toda su vida.  Imanuel Kant, dijo: --“Libertad es la capacidad de los seres racionales para determinarse a obrar según leyes de otra índole que las naturales, esto es, según leyes que son dadas por su propia razón; libertad equivale a autonomía de la voluntad”--. Con la Sharia no es posible dicha libertad.
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¿Cómo pueden ser libres, ciudadanos a quienes no se les permite la educación necesaria para poder aplicarse,  a ellos mismos, el significado de “libertad”? ¿Cómo podemos --usted, respetado lector, y un servidor-- mantenernos silentes al respecto?
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En aquellos países musulmanes donde los anteriores “hijos de puta” fueron sustituidos por los Hermanos Musulmanes, se ha dejado claro a la ciudadanía que:--para el musulmán la religión regula todos los aspectos de su vida y los derechos y obligaciones para con la sociedad y D´os--. Es decir, nada en pensar y utilizar el libre albedrío, porque en Afganistán, Irak, Libia, Irán, Pakistán, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Yemen, Bahrein, Sudán --y muy pronto en Turquía-- el derecho aplicable, es el “derecho islámico” que  se nutre directamente de la Sharia. Y la Sharia, busca el bienestar y la seguridad de todos, sean o no musulmanes, estableciendo normas, penalidades y remedios. A diferencia de las sociedades modernas, donde las leyes son formadas a través de cuerpos legislativos, las reglas básicas y fundamentales de la Sharia son de naturaleza divina. Por lo que los ciudadanos no tienen por qué pensar, la Sharia, es la que se encarga de pensar por ellos, e indicarles aquello que conviene a los ciudadanos, sean o no musulmanes, porque “ningún ser humano, sin excepción, tiene derecho a permitir que sus propios deseos y acciones estén en oposición a esas normas provenientes de D´os”.
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Además, los derechos de la mujer se ven siempre seriamente afectados. En los temas referentes al estado civil, en cuestiones de divorcio, herencia, la mujer tiene prohibido conducir, debe ir totalmente cubierta en público, y debe someterse siempre a la autoridad de un familiar masculino, etc. El Islamismo  condena a los que han sido educados en el "sistema occidental" y se opone a que las mujeres tengan acceso a la educación. Como ejemplo de la falta de derechos de la mujer, el de Meriam Ibrahim, la joven cristiana condenada a muerte por apostasía en Sudán.
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Manifiesto mi desacuerdo con lo que  dijo el Papa Francisco, en su viaje a tierra santa: --Aprovecho la ocasión para renovar mi profundo respeto y consideración a la comunidad  Musulmana--, y expresar mi reconocimiento por el liderazgo que Su Majestad el Rey (de Jordania) ha  asumido para promover un más adecuado entendimiento de las virtudes proclamadas por el  Islam y la serena convivencia entre los fieles de las diversas religiones—(sic)  Santo Padre, confieso mi gran pecado: --Discrepo totalmente con ese sentimiento manifestado por Vos, respecto del Islam—Y vuelve a hacerse presente, la tendencia de ese pequeño Estado situado en la ciudad de Roma, para no manifestar en su tiempo y en voz clara, que está mal lo que se hace contra los judíos; en el pasado siglo, en Alemania, Polonia, Francia, Países Bajos y Escandinavia, y en la actualidad en Israel. Hay demasiada incoherencia en la incoherencia vaticana.
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Y llegados a este punto, y en relación al conflicto árabe-israelí, me permito utilizar el pensamiento de mi amigo, ‎סרחיו אלווארז-מורי‎: --“prefiero que me critiquen por seguir viviendo, a que me compadezcan por estar muerto”--.
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…He dicho!
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*Es Presidente del Instituto Hispano Luso

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