viernes, 20 de noviembre de 2015

Más política real y menos “politiqués”

*Por Ángel Rico
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Los tiempos actuales están poniendo de manifiesto la distancia entre la “realidad política y la realidad social”; porque una y otra no son idénticas. La política se ha convertido en un clan que piensa y legisla sobre cuestiones distantes (y distintas) de las necesidades de la ciudadanía; incluso utilizan un lenguaje especial y no entendible –el politiqués— (aunque no exista el palabro, si existe el hecho) lo que, entre otras cosas, fomenta la “abstención” de los electores a la hora de manifestarse por una u otra propuesta política, al considerar que –todas son igual de falsas--. Ante cada elección, la posibilidad de la “abstención” preocupa poco a los políticos que, a lomos de una enorme petulancia, consideran que –serán los potenciales de seguidores de los otros, quienes se abstendrán— y, en todo caso, sea cual fuere el número de abstencionistas, el número de legisladores a elegir acabará siendo elegido, aunque solo hubiesen votado los familiares de los candidatos; lo que supone un cierto “pucherazo” que habría que intentar solucionar.
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¿Cómo? Salvo mejor opinión, propongo que los líderes políticos que consideren que --la opinión y/o la abstención de los electores-- debe ser tenida en cuenta, deberían comprometerse a “reformar las leyes electorales” de forma que, por ejemplo: --Si el número de legisladores a elegir para un parlamento determinado fuese 100, que se correspondería con el número total de electores con derecho a voto, también 100; si el día de las elecciones los abstencionistas fuesen el 44 por ciento (como ocurrió en las últimas Legislativas en Portugal) los partidos políticos deberían repartirse, proporcionalmente, al número de votos obtenidos, 56 puestos de diputados-- (En el caso de Portugal, la Asamblea de la República, en este momento, XIII legislatura, estaría compuesta por 129 diputados, en lugar de los 230 y la finiquitada X legislatura en España habría debido tener 252 diputados en el Congreso, frente a los habituales 350).  La Democracia, en este supuesto, no se vería perjudicada, porque los resultados de las propuestas y contrapropuestas políticas, tendrían el mismo resultado; pero de esta forma, habría un notable ahorro en el coste de parlamentarios para el erario público; que no hay que olvidar lo sufragan los contribuyentes mediante impuestos.
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Cuando los prosélitos de “Portugal a Frente” (PaF) repiten y repiten y vuelven a repetir que han sido la propuesta política ganadora, con 107 diputados, en realidad están equivocados; la propuesta política más apoyada fue la abstención que, obtuvo 4.273.728 votos, frente a los 2.074.975 votos al “PaF”. Y, hasta ahora, nadie del grupo mayoritario (aunque sin mayoría absoluta) ha realizado una pública autocrítica.
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Yo tengo la convicción que, con esta filosofía, las cúpulas de los partidos políticos, así como el resto de liderzuelos que conforman las pirámides de  los partidos políticos repartidos por todo el territorio nacional, tendrían más interés en las opiniones de la ciudadanía a la hora del quehacer  cotidiano; siendo más vigilantes en las propuestas que se defienden y en la actividad realizada por los cargos elegidos para este o aquel negociado. Porque, la opinión y el desencanto de cada ciudadano, sobre la cosa pública, contaría en la legislatura siguiente.
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Los análisis objetivos que, diferentes expertos políticos, han realizado sobre la enorme e inadmisible abstención en Portugal (el 4 de octubre de 2015) coinciden en que: --la desidia, indolencia e indiferencia, de varios de los componentes del pasado Gobierno (ministros y secretarios de Estado) fueron los principales culpables de tan gran, e impresentable, abstención--. Realidad que debe ser asumida por los diferentes líderes, para que en el futuro la participación electoral sea mayor--. En el PSD y en el CDS-PP (en Portugal) deben recordar lo que decían los clásicos: --No hay mayor desprecio que la falta de aprecio--, y deben actuar en consecuencia. Porque, como dejó escrito, Maquiavelo: --¿De qué serviría la política, si no se pudiera alcanzar por vías oblicuas, lo que es imposible lograr por la línea recta?--
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Los políticos gobiernan a base de lo “políticamente correcto” y, estamos viendo, por ejemplo, en relación a los “refugiados sirios” que tras abandonar Siria, se dirigen a Europa, en general, y a Alemania, en particular, en lugar de hacerlo hacia Arabia Saudí o Irán, que además de quedarles, geográficamente, más cerca hablan un idioma (el árabe) común. Los políticos europeos, han optado –sin contar con sus respectivos ciudadanos—a aceptar, en nombre de un teórico mandato superior, un número indeterminado de “refugiados”. Dándose casos, como ocurre en Alemania,  que en ciudades de, 15.000 habitantes, han llegado 30.000 refugiados, a quienes se les acoge en polideportivos, y se les facilita cobijo, comida y ropa; por lo que los refugiados deambulan por la ciudad sin oficio, ni beneficio, con los previsibles problemas de convivencia que: --como es posible que ocurran, acabarán ocurriendo--.
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O las quejas de los “refugiados” acogidos en Portugal, que: --han manifestado su descontento por las viviendas facilitadas y por las ayudas económicas que reciben--.
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A, riesgo de ser políticamente incorrecto, opino que: --los políticos antes de aceptar,  para sus respectivos países, un número de refugiados (que aún no disponiendo de certificación de origen, todos aceptamos que son sirios), cuando en cualquiera de nuestros ayuntamientos, para solicitar algún servicio municipal, es requerido un certificado de empadronamiento para certificar que, un ciudadano reside en dicha ciudad;    deberían realizar una encuesta entre los líderes de los diferentes partidos políticos para saber, cuántos refugiados, de forma directa, acogerán los responsables de los distintos partidos políticos, porque –me corregirán, sin duda, los lectores—pero no me vienen a la mente que uno solo haya manifestado los refugiados que están dispuesto a acoger en sus domicilios;  posteriormente se realizaría similar estudio entre los afiliados de cada partido. Una vez que se hubiese obtenido la cifra de refugiados a ser acogidos por los partidos políticos, esa cantidad se multiplicaría por dos (2) y el total serán los refugiados que España, Portugal, etc., aceptarían. Porque resulta inadmisible que los líderes de unos partidos políticos, que son conscientes que nunca gobernarán, instalados en la demagogia, se encargan de pedir más, en este caso, refugiados que, desgraciadamente, acabarán en algún polideportivo, con los problemas directos e indirectos para los pacíficos y sorprendidos, vecinos.
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Como ha escrito Cesar Vidal: --“Francia tuvo su propia revolución, pero no inspirada en el pesimismo antropológico del protestantismo que exigía una división de poderes, sino en el optimismo antropológico de la masonería a la que pertenecieron sus grandes dirigentes, desde Mirabeau a Danton pasando por Lafayette”— (sic) Una evolución, adaptada a la realidad del siglo XXI es la que los ciudadanos están exigiendo. Cuanto más tarde en llegar esta aceptación de la realidad, más se estará fomentando la abstención por parte de la ciudadanía, y la demagogia, por parte de los partidos políticos clásicos y de los partidos políticos recién llegados. Porque como dijo, Alexis de Tocqueville: --En una revolución, como en una novela, la parte más difícil es inventar el final--, y el, optimista, final están dispuestos a escribirlo los ciudadanos, solo hay que escucharles.
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…He dicho!
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*Es presidente del Instituto Hispano Luso

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