domingo, 10 de julio de 2016

La política es el arte de imposibilitar lo que es posible

Por Ángel Rico
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Si usted, respetado lector, es seguidor de estos, humildes, “Off the record” admitirá que, un servidor, no ha sido condescendiente con Rajoy en las dos (X y XI) últimas legislaturas; y no por una cuestión de animadversión personal, (¡no!), mi crítica estuvo justificada: --Porque Rajoy mintió, al no cumplir las promesas realizadas en el programa electoral de 2011—(Subida de impuestos; energía más barata; reducción de altos cargos y disminución del tamaño del sector público; pensiones; cumplir el objetivo del déficit; intervención de las autonomías incumplidoras del déficit; independizar la Justicia; vomitivo tratamiento a los terroristas;  etc) Y el proverbio judío dice:--Con una mentira suele irse muy lejos, pero sin la esperanza de volver--. Lo que viene al caso.
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Pero una cosa es que, a mucha gente (el 66,97 por ciento) no le guste Rajoy, y otra cosa es que: --España necesita ser gobernada--. Y, se mire por donde se mire, el PP es el partido con mayor número de diputados, aunque insuficientes para gobernar; y gobernar no solo es “investir a un Presidente de Gobierno” que con la realidad del Parlamento actual, estará imposibilitado para tomar decisiones, --lo que por otra parte haría inmensamente feliz a Rajoy, que es un político nacido para estar en funciones “ad infinutum”—gobernar es diseñar y llevar a cabo las reformas que, los tiempos presentes, requieren.
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Por lo anterior no consigo comprender, --confieso mi mediocridad— la actitud el PSOE, que me recuerda la fábula de Esopo:--Dios le dijo a uno, “pídeme lo que quieras que te lo daré, pero a tu enemigo le daré el doble”. Y aquel dijo, “sácame un ojo y al otro (al PP) le sacas los dos”—(demostrando que el deseo de venganza es terrible y estúpido, a la vez)
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Porque cuando, en el PSOE, se haga la autocrítica que no se ha hecho hasta el momento, concluirán que: --no los seguidores del PP, (¡no!) los incondicionales propios (los que son “Socialistas” antes que “Sanchistas”) son quienes le han ido retirando, elección, tras elección, tras elección, su apoyo— Ergo, algo de culpa tiene el aparato “Sanchista”. Porque no se trata de que el PSOE sea (que lo es) la alternativa, lógica, el PP; se trata de que: --considerando que el PP no puede gobernar en solitario, habrá que pactar todos los apartados, que se pueda, del programa socialista—Porque, esperar sentados a la puerta de Ferraz-70, cargados de rencor, a ver pasar el cadáver (político) de Rajoy será una pérdida de oportunidades para, autónomos, desempleados, que no podrán, por ejemplo, ver disminuidas las cotizaciones sociales para contratar y ser contratados, y están condenados a pagar la energía a costes, ilógicamente elevados--. Surgiendo la pregunta: --¿Qué es más importante, aplicar el máximo posible del programa socialista, o si dicho programa no lo aplica Sánchez que se quede sin aplicar?—Los electores que el PSOE perdió, y los que, con esta actitud, están transitando al grupo de exvotantes, esperan que en el “Sanchismo” se tenga presente lo que dijo, Aristóteles: --No hace falta un gobierno perfecto; se necesita uno que sea práctico--. Y los electores han dicho que se necesita un gobierno, práctico, que aglutine las propuestas del mayor número de partidos políticos constitucionalistas. Para la mayoría  de la ciudadanía será mejor un gobierno que aplique un programa consensuado, entre varios partidos, que el PSOE espere, frotándose las manos, que los 137 diputados, del PP, hagan caer las posibilidades socio económicas de personas normales, por el despeñadero. En política hay que sanar los males, jamás vengarlos (Napoleón III). Y lo que es de aplicación al PSOE también lo es para Ciudadanos.
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La negación del PSOE, en el Comité Federal, a pactar –las reformas necesarias que urgen sean aplicadas--, con el PP demuestra que el “yo, mi, me, conmigo” es más importante que los objetivos de la mayoría de la ciudadanía española. Dándole la razón a Delibes, cuando dijo:--Para el que no tiene nada, la política es una tentación comprensible, porque es una manera de vivir con bastante facilidad—y, para demasiados, da igual “vivir de la política estando su partido en el gobierno, o en la oposición; lo importante es seguir viviendo” Sin querer darse cuenta que, elección, tras elección, tras elección son menos los que viven, de querer seguir viviendo de la política.
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¿Cómo no se dan cuenta que es preferible que el PP consensúe un programa de gobierno con el PSOE y Ciudadanos, que lo termine acordando con los nacionalistas? ¿Qué alma hay que tener para preferir que los propios sufran lo “peor” con los nacionalistas, a lo “mejorable” con propuestas propias?
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Reconozco que soy muy crítico, (¡lo reconozco!) pero cuando escuche a Pedro Sánchez decir: -- Le exijo al señor Rajoy que se ponga a trabajar de verdad, que anuncie cuanto antes su voluntad o no de ir a la investidura, que construya una oferta programática que le permita ganarse apoyos entre sus aliados naturales, entre los que no está el PSOE, y que no espere que el resto le resolvamos su investidura”—(Sic) Pedro, ¿quién eres tú –que has perdido 5 diputados (26J), después de haber perdido 20 diputados (20D) para exigir nada? ¿Cuándo te darás cuenta que no se trata de la “investidura” de Rajoy o de otro, como Presidente de Gobierno, se trata de conformar un gobierno para aplicar un programa político para la mayoría? Mayoría que siendo, la del PP exigua, --33,03 por ciento-- es mayor que la mediocre –22,66 por ciento— del PSOE. Y, en los países que leen más, valorarían como positivo un programa de gobierno que representase al –68,74 por ciento de la sociedad— (PP+PSOE+C’s), antes que quedarse en el simple juego del “politipoly”, de quienes no pretenden llegar a ser, nunca, estadistas.
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El “Sanchismo” de Sánchez, se está aficionando a seguir ahí (sin dimitir), perdiendo una media de 12 diputados por elección; amenazando que en seis (6) hipotéticas, futuras elecciones dejaría al PSOE sin representación parlamentaria en el Congreso. Dándole, Sánchez, la razón a Churchill, cuando dijo: --la política es más peligrosa que la guerra, porque en la guerra sólo se muere una vez— (Pedro, políticamente, ya ha sido derrotado dos veces)
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…He dicho!
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*Es Presidente del Instituto Hispano Luso

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