sábado, 7 de mayo de 2011

Sobre la Justicia

*Por Ángel Rico

“Quien la Justicia reparte, no puede ser juez y parte” (anónimo) Hemos asistido con cara de tontos a la sentencia del Tribunal Constitucional “Supremo”, que dejó sin efecto la anterior sentencia del Tribunal Vicesupremo ó subconstitucional, sobre que Bildu --(ETAldu)-- se puedan presentar a las elecciones municipales del 22 de mayo. Y en esta cuestión hay varios argumentos sobre las que me gustaría meditar.

Lo primero sobre lo que quiero incidir es que “toda la ceremonia de confusión sobre que ETAldu sí, ó ETAldu no, se pudiesen presentar a las elecciones” llevada a cabo por el gobierno, el PSOE y PNV, pudo representarse (la confusión) por los escasos conocimientos, por parte de la generalidad de la sociedad, de cómo funcional la cadena de la Justicia en España. Sólo así se puede desarrollar una bribonada, fraude, estafa, pillería, timo, simulación social, como el practicado por el gobierno sobre ETAldu, la Justicia y el teatro.

También debo reconocer que ese engaño, jurídico social, se pudo llevar a cabo por la pastelosona complicidad del principal partido de la oposición, en general y, de su portavoz de Justicia, Federico Trillo-Figueroa, en particular. Gracias al nefasto “Pacto sobre la Justicia” donde engaño, tras engaño, del PSOE al PP, se nos ha ido quitando a nosotros, el Pueblo, la seguridad jurídica necesaria en un Estado de Derecho. El poder sigue representando el infame drama, para mantener vivo el inconfesable contrato con ETA firmando en el 2003, cuyo primer acto vivimos en marzo del 2004. La sombra de aquellos fantasmas son alargadas y llegan hasta las urnas del próximo 22 de mayo.

Aquel que escribió entonces sobre “El poder político en los dramas de Shakespeare” (Federico Trillo-Figueroa), ha sucumbido ahora al poder trágico dramático del poder actual, por ello: ¡Trillo dimisión! Porque él es parte cómplice de la trama que, como resultado, nos dio el odioso engaño social: “ETAldu, gobierno y sus magistrados del Tribunal Constitucional

Llegados a este punto, procede mirar alrededor y comprobar que el chantaje mafioso terrorista, de ETAldu, a toda la sociedad española, difiere del conflicto parecido pero no igual, que existió en Irlanda del Norte. A aquellos, al menos, además de la Justicia les quedaba la venganza. El “ojo por ojo” que en España nunca se aplicó porque teníamos (en pasado) la Justicia. Pero ¿ahora qué nos queda?

Cuando una sociedad se queda sin esperanza, bajo la amenaza de muerte y del chantaje nacional terrorista, con un gobierno, que de tanto arrastrarse por el fango, hiede a mentira, a cobardía y a complicidad y, una Justicia que comprende, defiende, protege y ampara a los terroristas, acabará posando sus ojos en la ley que les queda, la que les aporte además de paz, dignidad. La ley del talión. Por cierto, resultado de la moderna aplicación de esta ley, que Zapatero, sorprendentemente defendió en el Congreso de los Diputados, en relación a la ejecución de Osama bin Laden, ordenada por el presidente Obama. Premio Nobel de la Paz.

Por eso es tan importante que la sociedad no se mantenga en silencio, al comprobar que “la Justicia –de ETAldu- no ha sido otra cosa que la conveniencia del gobierno” (anónimo) No podemos quedarnos callados y debemos señalar con el índice a todos los culpables de que la Justicia no cumpla su misión, convirtiéndose en un instrumento al servicio del más fuerte.

Los magistrados del Tribunal Constitucional “Supremo” que han dado más credibilidad a los argumentos de los bilduetarras, que a los documentos de la policía y la guardia civil, eliminando la presunción “iuris tantum” de los informes policiales, me hicieron recordar a Bertolt Brecht, cuando dijo: “Algunos jueces son incorruptibles, nadie puede inducirlos a hacer justicia”.

Debemos defender la Justicia y la Ley, con igualdad para todos. En España es obligado que todas las asociaciones, políticas, sociales, sindicales, culturales, empresariales, etc., deben recoger en sus estatutos la aplicación de la Democracia interna y la Constitución. Constitución que en su artículo 20, otorga a los ciudadanos la “Libertad de Expresión" Por ello, es inadmisible que una institución privada como la UEFA, sancione a Mourinho, por ejercitar en España su Derecho a la Libertad de Expresión.

Se empieza por admitir que un entrenador de futbol tiene menos derechos que el periodista que emite una crítica sobre ese entrenador, y se acaba por asumir que quien pone su humeante pistola sobre la mesa tendrá más amparo de los tribunales, que quienes se consideran amenazados por los de la pistola, el chantaje y el titadine ferroviario.

Por ello, como ciudadanos, denunciemos las prácticas abusivas, tanto del despotismo gubernamental, como de la UEFA, que con su “Comité de Control y Disciplina” pretende estar, de facto, por encima de la Ley y la Constitución Españolas.

La Libertad de Expresión es decir lo que la gente (y el gobierno) no quiere oír. (George Orwell)

…He dicho!

*Es Presidente del Instituto Hispano Luso

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