*Por Ángel Rico
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Es
noticia en las últimas fechas el affaire “Pujol brothers” donde además de
los, presuntos, blanqueos de dinero derivados de, hipotéticas, corrupciones
políticas y tráfico de influencias, hemos conocido supuestos casos de
“maltrato” y grabación de conversaciones en un restaurante de Barcelona. A simple vista podría
determinarse que, ello es el resultado de la podredumbre a la que el sistema ha
convertido la actividad pública; pero en el conjunto de informaciones puede
pasar desapercibido “algo” más grave aún.
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Ese
“algo” es que: --la exnovia de Jordi
Pujol Ferrusola, María Victoria Álvarez, presentó una denuncia en la
policía autonómica de Cataluña, los Mossos d’Escuadra, por –presunta— agresión de Pujol Ferrusola--. Esta policía autonómica no inició ningún tipo de
actuaciones. Posteriormente, puso los hechos referido al maltrato en
conocimiento del “Institut Català de les Dones” (Instituto Catalán de la Mujer), que tampoco actuó al respecto. La UDEF (Unidad de Delincuencia Económica
y Fiscal) de la Policía,
pidió entrevistarse con la señora Álvarez
en el hotel Princesa Sofía de Barcelona, para que les contase aquello
de –el traslado de fajos de billetes de 500 euros a Andorra--; los agentes policiales fueron informados, también, de
las agresiones y maltrato.
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A
solicitud de Álvarez, se celebró una
comida con la Presidenta del PPC, Alicia Sánchez-Camacho, en un
restaurante --especializado en grabación de conversaciones--, donde la,
presunta, maltratada que era conocedora de hechos delictivos, puso en
conocimiento de la líder del PPC
todas las cuestiones de las que era conocedora, incluyendo las agresiones y
maltratos sufridos de Pujol Ferrusola.
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Resulta
sorprendente e indignante que: --ni la policía autonómica catalana, ni el
departamento de la mujer, ni la UDEF,
hiciesen nada en relación a la denuncia de maltratos--. Conocer que la Presidenta del PPC, miembro de un
partido político que presume de su defensa de la mujer, no se diese por
enterada de los hechos, posiblemente, delictivos que Álvarez puso en su conocimiento y, para mas agravio, pactase
posteriormente con CiU, partido político
controlado por los “Pujol brothers” es sonrojante.
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Los
ciudadanos normales, nos sentimos ofendidos por esa sucesión de omisiones por
parte de los negociados que dependen de la Generalidad
de Cataluña, entendiendo que aquellos funcionarios pudieran estar influidos
por el miedo a la mafia imperante, es decir, a “la famiglia”. Pero es inconcebible que una mujer con actividad
pública, Alicia Sánchez- Camacho, no
actúe para proteger a una mujer, presuntamente, maltratada.
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Con
posterioridad el Juez de la Audiencia
Nacional, Pablo Ruz, citó a declarar a María
Victoria Álvarez, quien se ratificó
de las denuncias anteriores ante la policía y la política Sánchez-Camacho. Y cuando la declarante insistió en que –había sido
agredida y acosada por Pujol Ferrusola—
incluso llega, ante el Juez Ruz y el
Ministerio Fiscal, a declarar: --“Oiga,
yo quiero ser testigo protegido, yo de esto puedo aportar datos y puedo ayudarles
pero no quiero que mi nombre salga bajo ningún concepto. Esta gente en Catalunya tiene muchos amigos y muchos
enemigos, pero muchos amigos y mucha gente que le debe muchos favores. Son
peligrosos, muy peligrosos. Yo me he pasado dos años, y perdone la palabra,
acojonada, cuando intenté salir de esa relación, amenazada. Ha sido horroroso,
entonces cuando he visto todo esto en los medios de comunicación, a mí esto me
está produciendo un trastorno a todos los niveles, tremendo”— (sic)
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La
actuación del Juez ante el miedo de la señora Álvarez hay que resumirla en: --esa cuestión no es de este
juzgado--. Dejando a la denunciante Álvarez
en la estacada y sin protección. No entiendo, respetado lector, ninguna de las
omisiones realizadas, pero menos la del juez, que aún no correspondiendo las
agresiones denunciadas a lo que estudia su juzgado, podría –dar traslado de los
hechos de malos tratos y agresiones puestos de manifiesto en su declaración al
juzgado correspondiente--.
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Vemos
a los políticos, en general y a los del Partido
Popular, en particular, como se rasgan las vestiduras cuando ocurren casos
de muerte de mujeres a manos de sus agresores. Políticos que, en el caso que
nos ocupa, no han recriminado a su coocarnetaria
del PP, Alicia Sánchez-Camacho, por
una actitud tan infame, indigna, ignominiosa,
despreciable y rastrera, al no buscarle protección a la señora Álvarez, y no haber recriminado la
actitud de los Mossos d’Escuadra y
del Institut Català de les Dones, por
ser displicentes en sus responsabilidades
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Es
entendible que a la señora Álvarez
en relación a la conversación con Alicia
Sánchez-Camacho le viniese a la mente aquello de Joaquín Sabina: --“ De pronto
me vi, como un perro de nadie, ladrando, a las puertas del cielo. Me dejó un
neceser con agravios, la miel en los labios y escarcha en el pelo. Porque no le importa…, siempre tuvo la
frente muy alta, la lengua muy larga y
la falda muy corta. Me abandonó, como se abandonan los zapatos viejos …”--.
Al menos esa sería la sensación que me quedaría a mí, al comprobar que la
aportación de datos a la Presidenta del PPC,
solo sirvió para aumentar el riesgo de ser agredida, por una dejación que
muestra las miserias del sistema mismo.
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…He dicho!
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*Es Presidente del Instituto Hispano
Luso
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