sábado, 2 de febrero de 2013

El fin justificó los medios


*Por Ángel Rico
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Tras la ola de noticias sobre, presunta, corrupción en el Partido Popular, el presidente se ha visto obligado a salir y –leer-- una declaración ante la cúpula de su partido que hay que resumir en: -- “Lo que yo (Rajoy) pretendo es explicar, como presidente del partido y como presidente del Gobierno, lo que de mí se dice y lo que a mí se atribuye. No voy a necesitar más que dos palabras: Es falso. Nunca, repito, nunca he recibido, ni he repartido dinero negro ni en este partido ni en ninguna parte.  Nunca he recibido dinero negro, ni en este partido, ni en ninguna parte. No tengo nada que ocultar. No temo a la verdad.— (sic)
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El objetivo de Rajoy con esa obligada intervención, llena de retórica, era conseguir que los ciudadanos, en general y, sus votantes, en particular, creyesen otra vez en sus palabras. Olvidando que los ciudadanos que pretende crean en él hoy, son los mismos que se sienten engañados al haber incumplido el PP todas –repito, todas— las promesas recogidas en las 214 páginas de su último programa electoral sobre; “Pensiones”, “autónomos”, “ingresar a Hacienda el IVA cuando se hayan cobrado las facturas”, “reforma laboral”, “trato a los terroristas”, “subida de impuestos”, ”independencia de la Justicia”, “regeneración del sistema democrático”, etc.  Con esos precedentes surge una pregunta ¿por qué tienen que creer en Rajoy hoy, aquellos que fueron engañados por él ayer?
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Aún resuenan sus anteriores palabras sobre “la verdad y la mentira en política” que justificó: --“Entiendo perfectamente el desencanto que esto ha producido en muchos ciudadanos que dieron su confianza al Partido Popular, incluso en otros que no se la dieron, pero quien me ha impedido cumplir mi programa ha sido la realidad”— (Rajoy dijo)  Y debiera saber que mucho antes, Aristóteles había dicho: --Los discursos inspiran menos confianza que las acciones--. Y la ciudadanía es conocedora de “los incumplimientos del programa electoral del PP” y que “la confianza sólo se pierde una vez”.
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Si, además de las auditorias --interna y externa--, Rajoy encargase a un consultor independiente la opinión de los ciudadanos sobre su liderazgo y su gestión en el gobierno y en el partido, le acabarían informando que mayoritariamente opinan: --que en el PP el fin justifica los medios, para llegar al gobierno y para mantenerse en el--. No digo que esto pueda ser cierto, pero sí que es la opinión mayoritaria de la ciudadanía, que cree  que el PP de hoy utilizará los argumentos que sean necesarios para lograr su objetivo. Y como dijo, Johann W. Goethe, --“No es prudente poner gran confianza en palabras pronunciadas en momentos de emoción”--.
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Aunque no le conste, muchas familiar no pueden celebrar las fiestas de cumpleaños de sus hijos en “casas de hadas”, y sus viajes turísticos, artículos de lujo, y eventos familiares particulares,  no les son pagados por extraños. Y en este punto, un servidor, prefiere creer los informes de la UDEF, que los desmentidos de cargos del partido y del gobierno, que nunca tuvieron ninguna otra actividad que vivir de la política. La desconfianza del pueblo, está basada en los precedentes.
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Excusatio non petita, accusatio manifiesta:  --No quisiera tener que decirlo, pero me están obligando. Yo sé ganarme la vida. Yo he trabajado fuera de la política. Yo ganaba más dinero en mi profesión que como político. Nunca he presumido de ello, y me da cierto pudor decir esto, pero entenderéis que hoy debo hacerlo. No he venido a la política a ganar dinero. Vine perdiendo dinero, pero ocurre que para mí el dinero no es lo más importante en esta vida. Para otros no lo sé. Para mí, no. No he venido a la política a pedir aplausos, ni dinero, ni a satisfacer vanidad alguna. — Ha pronunciado Rajoy ante su público. Lo que resulta insultante, dada la realidad de crisis y desempleo que nos rodea.
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Si tan seguro está de sí mismo ¿por qué no vuelve a su Registro de la Propiedad y deja de darnos lecciones moralizantes? Porque ejemplos, lo que se dice ejemplos positivos por su parte, no tenemos. Los datos del desempleo, la realidad de un Estado que no se respeta a sí mismo, y la falta de confianza en la economía y en quiénes la dirigen, no son activo suficiente para tener que soportar las palabras de Rajoy. –Si alguien quiere despertar confianza, debe ser digno de confianza--. Lo que no ocurre cuando se acepta que el fin justifica los medios.
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…He dicho!
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*Es Presidente del Instituto Hispano Luso

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