*Por Ángel Rico
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Karl Jaspers dijo: --“No someterse a lo pasado ni a lo futuro. Se
trata de ser enteramente presente”— Y es el presente, el que tenemos que
superar cada día para poder llegar al presente que habrá que superar mañana; y
así un día tras otro. Lo que no está resultando fácil.
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En
esa desconcertante encrucijada hay hoy millones de españoles, que perciben
demasiada mediocridad en las decisiones políticas de un número excesivo de
gobernantes, caracterizados por la retórica y la improductiva burocracia. ¿Por qué? Respuesta: --Porque esos
burócratas están demostrando no estar a la altura de las actuales
circunstancias.
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No son elegantes las
autocitas, --pido disculpas por ello-- pero un servidor escribió el pasado 1 de
enero aquel off de record bajo el
titular:--“Abismo político”--, donde
manifestaba mi creencia de que, a pesar del optimismo del Presidente Obama tras vencer en las elecciones de su segunda
legislatura: --no habría acuerdo en Estados
Unidos, sobre el “secuestro fiscal”--, hoy los hechos me dan la razón. Mi
opinión no estaba basada en el arte de la adivinación, sino que, en política:
--lo que es previsible que ocurra, acabará ocurriendo--. El hecho es que hoy
comienza el 'sequester', un término de connotaciones apocalípticas que
significa 'confiscación', y que supone recortes automáticos en gran parte de
las partidas del gasto público estadounidense, y que pone de manifiesto que no
basta con ser “negro”, “con tener sonrisa permanente” y “desear que los demás apoyen
ideas propias”, cuando las ideas son sencillamente estúpidas, aunque algunos
conciudadanos españoles, como mi colega (periodista) López, apoyase las ensoñaciones de Obama, desde un estado de trance quasi preorgámisco.
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Las decisiones
manifiestamente mejorables, no son solo identificables en políticos del otro
lado del charco, sino que aquí, a nuestro alrededor, también hay ejemplos
dignos de ser analizados y valorados por los resultados negativos que presentan
esas malas decisiones políticas. Y quienes aprendimos aquello de: --por sus
hechos les conoceréis--, tenemos el deber moral de hacer ver esos “hechos”
–para que los responsables sepan, que sabemos como son--. El politicómetro más neutral que tenemos es
el de desempleo, porque esos datos afectan a millones de personas. ¿Cuántos
desempleados había cuando accedieron al cargo, y cuantos desempleados hay
ahora?
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Los clásicos nos enseñaron que:
--a grandes males, grandes remedios—y eso es lo que necesita la economía y
sociedad actual; ideas creativas y generadoras de empleo. Y lo que no sean
“grandes remedios creadores de empleo” solo será retórica estéril merecedora de
aquel: --the economy, stupid--. Frase utilizada en la campaña
electoral de 1992, entre Bill Clinton y
George H. W. Bush, donde venció el
primero, iniciándose el engorde de la burbuja inmobiliaria, que fue propiciada
por Clinton, y no por los "neocons"; pero esa es otra historia, de la
que hablaremos en otro momento.
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Hoy, como entonces, lo
esencial es la economía. Fomentar la economía, con nuevos proyectos, nuevas
ideas y nuevas fuerzas. Y para conseguir resultados distintos hay que cambiar,
por tanto, los factores a utilizar. Operaciones similares, con errores
similares, solo obtienen similares fracasos.
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¿Es leal quedarse callados
cuando creemos que lo están haciendo mal? Mi opinión es que –No--. Y quienes se
encuentran en el foco de la opinión pública, y sin aportar ningún resultado
positivo a su gestión, solicitan que sigamos esperando, y no es confianza lo
que nos piden, sino fe. Y, para su desgracia, --no hay tiempo para la fe--.
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Hay personas, entre las que
me encuentro, que estamos dispuestos a seguir aportando ideas, defendiendo
proyectos creadores de empleo, y generadores de actividad económica, como el Proyecto: --Empleo, Agricultura, Biodiésel
y Transporte— y, parafraseando a Hannah
Arendt, defendemos ese Proyecto –con un fondo de incansable optimismo y de
incansable desesperación--. Y ese grupo de personas, sin medias tintas,
declarará a los burócratas implicados, como dignos de ser merecedores de
nuestra confianza, o de nuestro desprecio.
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Aunque parezca mentira, en
el sector agrario actual siguen teniendo cabida numerosas supersticiones
populares medievales, con más fuerza que las sólidas bases de hechos
científicos probados. Y para desgracia, del necesario crecimiento, hay
burócratas que siguen atizando el fuego de tales nigromancias, que como
resultados presentan, 3,5 millones de hectáreas de improductivo, pero
subvencionado, barbecho. Sin tener la gallardía de hacerles ver que, en la
economía como en el cuerpo humano, --músculo que no se ejercita se atrofia--.
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Por tanto, ¡ahora toca la
economía! Y sobra la retórica política.
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…He dicho!
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*Es Presidente del Instituto Hispano Luso
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