*Por Ángel Rico
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¿Recuerdan aquel que decía: --veinte años aprendiendo
a decir “penícula” y ahora se dice “flim”--? Pues la misma sensación, tiene
un servidor, en lo referido a “Mandela”
o “Madiba”
como lo llaman los cursis, pretendiendo la familiaridad que da el haber
almorzado juntos en varias ocasiones. La cursilería no es exclusiva de la raza
blanca, sino que también la padecen ciudadanos de raza negra, como el Presidente Obama.
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Un colega norteamericano me ha hecho llegar el discurso de Obama,
en el funeral de Nelson Mandela, alias “Madiba”. El cuadragésimo cuarto Presidente de Estados
Unidos, --Obama-- no pasará a la Historia , por la brillantez de sus discursos;
tenemos el ejemplo de la alocución en la Universidad del Cairo (04/06/2009),
ahora con el pronunciado en el Estadio First National Bank de Johanesburgo (Sudáfrica) vuelve a evidenciar --que Obama,
lee cualquier cosa que le pongan delante, independientemente de la
verosimilitud de lo leído--.
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La cursilería no debe llegar hasta el
extremo de olvidar la realidad de lo que se esté tratando en cada momento, de
ahí que: --olvidar la Historia de Nelson Mandela, militante del Congreso Nacional Africano (ANC), y del Partido Comunista Sudafricano (SACP); así como los 156 actos de violencia
pública que incluían oleadas de atentados con bomba, muchos de ellos en lugares
públicos, como el atentado de la estación de ferrocarril de Johannesburgo, por la que “Madiba” fue condenado a cadena perpetua
--cumpliendo 27 años de prisión--, por actos de sabotaje y terrorismo.
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Pese
a que el Presidente Botha (3 de septiembre de 1984 / 14 de agosto de
1989) ofreció a Mandela la libertad en varias ocasiones
si renunciaba a la violencia, su ofrecimiento siempre fue rechazado. Mandela era admirador de Fidel Castro y Robert Mugabe,
su aspiración era actuar como una delegación del Moscú soviético en Sudáfrica.
Tras salir de prisión su primer viaje fue a Cuba, para presentar sus respetos y admiración a Fidel Castro. La caída del Muro de Berlín, acaecida el 9 de noviembre de 1989, indicó a Mandela, que tenía que redefinir su
actividad política y sus circunstancias, tras ser liberado por De Klerk, en febrero de 1990.
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En
1993, fue recompensado, junto con su predecesor, Frederik Willem de Klerk, (15 de agosto de 1989/ 9 de mayo de
1994) con el Premio Nobel de la
Paz. Ambos dirigentes, obtuvieron el año antes (1992) el
Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional, por sus
esfuerzos conjuntos para la finalización del apartheid y a favor de los Derechos
Humanos.
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Es cierto, que el apartheid en Sudáfrica, y
la segregación racial que supuso, hasta 1992, debe considerarse como “Crímenes contra la Humanidad ”. La
creación de lugares separados, para todo tipo de actividades, y para los
diferentes grupos raciales, incluso la prohibición de matrimonios mixtos, es
algo incalificable. El apartheid “separación” en la –afrikáans— lengua germánica,
derivada del holandés, fue algo inadmisible.
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Pero igualmente inadmisible, es el --“necklacing”-- cruel práctica que, en Sudáfrica, consistía en –amarrar un
neumático al cuello de un hombre, rociarlo de gasolina y prenderle fuego--. Incalificable
práctica utilizada por el Congreso
Nacional Africano (CNA) de Mandela y
el Partido de la Libertad Zulu Inkatha,
durante la lucha contra el “apartheid”
que se aplicó, por los negros, a los negros que, presuntamente, colaboraban con
el poder blanco, o no participaban en los actos revolucionarios del CNA.
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Olvidar esta parte de la Historia
real de “Madiba” es no aplicar la Justicia
a todos aquellos que fueron objeto de persecución, viniese aquella persecución
de los neonazis blancos, o de la locura de los negros del CNA de Mandela.
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Por tanto cuando, Obama, comparó a “Madiba” con Gandhi, o con el Dr. Martin
Luther King, --que no protagonizó ningún acto violento en su vida-- cometió
un desliz, inadmisible en el líder del “mundo, mundial”. Al igual que cuando,
en el in crescendo del “Obamita” discurso surafricano, al comparar
al Presidente Mandela (10 de mayo de 1994 /14
de junio de 1999), con Abraham
Lincoln, fue burlarse de la
Historia , en general,
y de los asistentes al Estadio First
National Bank, de Johanesburgo,
en particular.
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Pero claro, --qué puede esperarse del líder
del “mundo, mundial” al que su mujer, en un acto oficial, donde todo el
protocolo está tasado, --por un ataque de cuernos--, cambia el orden
protocolizado de las autoridades, para
evitar el sensual peligro rubio de la Primera Ministra de
Dinamarca.
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Se empieza aceptando que la, insegura Michelle, cambie el protocolo, y se
acaba olvidando el protagonismo de alguien que, si en el pasado, practicó el
terrorismo, habría que denominarle “terrorista”. O ¿es que solo se es
terrorismo si lo practica un blanco, y se olvidan similares actos si los
protagonizó “Madiba”?
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…He dicho!
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*Es Presidente del Instituto Hispano Luso
El lado oscuro de la de este personaje, que parece que el mundo ha olvidado, excelente como siempre.
ResponderEliminarLe decía un gitano a otro:
ResponderEliminarCon lo que mus costó aprender a decir “fragoneta” y ahora se dice “manovalume"