domingo, 21 de marzo de 2010

Carta abierta a Cavaco Silva

Excmo. Señor don Aníbal Cavaco Silva
Presidente de la República Portuguesa
Palacio de Belem
LISBOA



Excelentísimo señor Presidente:

Mediante la presente nota y, con el debido respeto, me dirijo a V.E. para manifestar públicamente mi admiración por su gesto en el día de ayer. Verle señor Presidente, en un día gris, lluvioso y frío, dentro de un chubasquero de la Marina, liderando un movimiento de más de un millón de portugueses que, durante toda la jornada, limpiaron de basura montes y bosques de Portugal, me llenó de admiración. Una admiración que deseo hacer pública.

Suele ser habitual que la ciudadanía diga que “todos los políticos son iguales”. Con su gesto, señor Presidente, demostró que esa aseveración no es cierta. Si nos basamos en la máxima de: “por sus hechos los conoceréis”, hay que convenir que unos no son iguales que los otros por el mero hecho de actuar en política. A los políticos, como al resto de ciudadanos les definen sus actos y V.E. ayer se desmarcó de otras actitudes que estamos acostumbrados a ver.

En otros lugares vemos ejemplos de jefes de estado, patroneando barcos de vela en campeonatos veraniegos, o asistiendo entusiasmados a premios de automovilismo en Bahrain. Actividades que no son criticables en sí, pero que de tan repetidos consiguen que la ciudadanía desee ver, en alguna ocasión, gestos como el de V.E. ayer.

Por ello, señor Presidente, hoy estará usted un poco más cerca del corazón de la mayoría de los portugueses. Porque de eso trata el ejercicio de gobernar para un pueblo, poner en práctica actitudes y gestos que le igualen con el pueblo al que gobierna. Como no es fácil conseguir una igualación por arriba, V.E. supo estar a la altura de las circunstancias y se igualó con su pueblo, lo cual además de ser un gesto de inmenso valor político, le honra.

No suele ser habitual que en la alta política, pase a la categoría de normal lo que para la sociedad es solo normal. Por ello, me sorprendió gratamente su gesto. Gesto con el que, esté V.E. seguro, devolvió la esperanza a numerosos ciudadanos. ¡Es posible que en Europa no todo esté perdido!

Dicen los teóricos que la sociabilidad humana, esencia fundamental de la condición humana, es orientada y conducida por el poder político que tiene como objetivo el gobernar para lograr el bien común; y, el bien común es definido por la ética de manera permanente y dinámica mediante el proceso dialéctico de pensar en el otro y en el beneficio de la comunidad. Con su gesto hemos visto un ejemplo de ética en la política.

Mi actividad diaria entre dos países amados y respetados, España y Portugal, harán, a partir de ahora, (si ello fuera posible) que hable con más orgullo del gran país que es Portugal. Como decían los clásicos españoles: “a tal honor tal Señor”. Es un honor para mí tener en Portugal un Presidente de la República con gestos como el que comentamos.

Sin otro particular, señor Presidente, aprovecho la ocasión para mostrarle mi más respetuosa consideración.

Ángel Rico Escribano
Presidente del Instituto Hispano Luso

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