*Por Ángel Rico
.
Señor, con el máximo respeto, me permito felicitaros hoy, por vuestro cuadragésimo
quinto aniversario ¡Que cumpláis muchos
más!
.
Dicho
lo anterior, Señor, esta es una
buena fecha para recordar las palabras que vuestro augusto abuelo, el Rey Juan, pronunció el 14 de mayo de
1977 tras aquel taconazo, que sigue resonando en la memoria de los españoles de
la transición. --¡Por España, todo por
España! ¡Viva España, viva el Rey!-- Al renunciar de iure a los derechos dinásticos, que había perdido de facto, por la Ley de Sucesión de Franco, y ceder a su
hijo, Juan Carlos I, vuestro padre, la jefatura de la Familia
y Casa Real de España.
.
En
ocasiones, Señor, la Historia
presenta contingencias rocambolescas, que dejan a cada cual frente a una
realidad que admite diferentes interpretaciones. La abdicación de la reina Beatriz de Holanda, en el Príncipe Guillermo Alejandro, con las
reales palabras: --“Ha llegado el momento. Es tiempo para una nueva generación”— no os dejan a vos, Señor, en una situación de claro liderazgo,
lo que en mi opinión, no será bueno para la España
del futuro.
.
“Setenta
y cinco años” de edad, en Holanda se
asemejan mucho a “setenta y cinco años” en España;
como igualmente son muy semejantes “cuarenta y cinco” años en Holanda
y España. La diferencia es la visión
de hechos semejantes por parte de los
monarcas participantes, y ahí está el quid
de la cuestión histórica.
.
En
España los monárquicos
ultraortodoxos defienden la idea de que: --Aquí los reyes deben morir en la
cama, no existiendo la hipótesis de una abdicación--. Lo cual es una tesis que,
confieso Señor, no entender. A mi
juicio lo importante debe ser siempre el interés de España, no el mantenimiento de una tradición que, como vos sabéis,
y según las encuestas sociológicas --el cincuenta por ciento de los españoles,
están en contra de la actual Monarquía--.
.
La
carcoma del actual Estado, no está siendo
tratada como corresponde. En ocasiones da la sensación de que, desde las altas
instancias se sube el volumen de la
música ambiente para no escuchar el “grooaa,
grooaa” de los coleópteros anobios, que están perforando la madera de las
vigas de la estructura del Estado.
Lo que es perfectamente comprobable, si se mira con interés lo que está ocurriendo;
empezando por vuestra Real Casa, e ir ampliando la mirada al resto
de instituciones oficiales.
.
Ninguna
empresa de éxito, de tamaño grande, mediano o pequeño, es dirigida por un
patriarca septuagenario, cuando existe la alternativa de un heredero más joven,
más preparado, y mejor conocedor de la generación con responsabilidades en la
economía, la política y las actividades sociales. El pasado está bien para los
ensayos históricos, pero no para dirigir el timón de un Estado que se encuentra en una peligrosa zozobra.
.
En
la última entrevista en televisión su Majestad
el Rey dijo de vos: --“Es alguien en quien tener confianza y seguridad. Es
muy leal”—Y, a un servidor, le surge la duda: --Vos ¿Sois leal a vuestro padre?
¿Al Jefe del Estado? Ó ¿A España? Porque, en la actual
encrucijada histórica, de crisis de valores y de dificultades económicas e
institucionales, la lealtad más necesaria es a España y, por tanto, a los españoles.
.
En
España hubo monarcas con preparación
similar a la vuestra: --El Sabio Alfonso, Felipe II, Carlos III,
etc. — Y todos, asumieron las responsabilidades correspondientes al cargo en
edad temprana. Por tanto, sería procedente que vos, Señor, mantuvieseis una conversación de Estado con vuestro augusto padre, para hacerle ver, que igual que
en 1977, hoy hace falta escuchar un --¡Por
España, todo por España!—y que el mejor servicio posible a España es abdicar en vos, para retomar
el rumbo.
.
.
El
sostenella y no enmendalla, suele traer resultados negativos, séase siervo o noble.
Hay alarma social en la ciudadanía que no comprende, Señor, como se utiliza el dogma de reinar hasta la muerte, mientras
se va muriendo el Estado, al que
amamos, no por ser grande, sino por ser el nuestro.
.
Señor, la Historia no perdonará
que Os limitéis a ir al rebufo de los acontecimientos; no podéis renunciar a la
cuota parte de responsabilidad que corresponde a quien pudiendo llegar a ser ya,
esperó a que las circunstancias vitales le fueran propicias.
.
Me
permito utilizar las palabras escritas en el Testamento político del Emperador,
Carlos V al Segundo Felipe; --Ruego a Dios
que os ampare de su mano, enderece y guíe vuestros deseos a su servicio, y para
bien reinar y gobernar, y finalmente alcanzar la gloria, que siendo vuestra,
también lo será de España.
.
…He dicho!
.
*Es Presidente del Instituto Hispano
Luso
No hay comentarios:
Publicar un comentario