lunes, 23 de septiembre de 2013

Hoy hablamos de Bárcenas, para provocar por provocar

*Por Ángel Rico
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Soy consciente que el Off the record de hoy, es políticamente incorrecto, y provocará algunos enemigos más, pero qué le vamos a hacer. Empezaré por decir que, muchos de los opinadores que participan como contertulios en numerosas tertulias de radio y televisión, --lo que hace que uno se pregunte ¿de donde sacan tiempo para ilustrarse e informarse para poder opinar como opinan?— han calificado a Luis Bárcenas de “delincuente”, “bandido”, “ladrón” y otros epítetos similares.
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Los mencionados tertulianos han calificado a Bárcenas con adjetivos despectivos de todo tipo, olvidando que: --todo ciudadano es inocente hasta que no se demuestre lo contrario—, filosofía del Derecho penal moderno, acorde con el principio jurídico que establece la inocencia de las personas como regla general. Es decir hoy, técnicamente, Bárcenas es, en todo caso, “presunto delincuente”.
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Usted, respetado lector, me argumentará: --Es que a Bárcenas se le ha descubierto mucho dinero en Suiza--, Y yo le refutaré, --tener mucho dinero, y tenerlo en Suiza, no es delito--. Usted, volverá a objetar: --Pero es que el dinero es mucho, ¡pero mucho!--. Y yo me veré obligado a indicarle que –tampoco es delito, tener mucho dinero--.
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Si nuestra conversación se prolongase, la observación siguiente será: --Pero es que no se conoce la procedencia de ese cuantioso dinero--, siendo necesario poner sobre esta cuestión, el artículo 17.3 de la Constitución que dice: --“ Toda persona detenida debe ser informada de forma inmediata, y de modo que le sea comprensible, de sus derechos y de las razones de su detención, no pudiendo ser obligada a declarar”--. Es decir, Bárcenas, no tiene obligación alguna de indicar de donde proviene su dinero, la Constitución le ampara, correspondiendo, en su caso,  a los tribunales, demostrar el origen del mismo.
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Para que haya un robo o una apropiación indebida, es necesario que: --exista una persona física o jurídica que denuncien tal sustracción--, y en este caso nadie ha indicado ser propietario de un dinero que pudiera haberse requisado, para ir a parar posteriormente a las cuentas bancarias de Bárcenas. Luego entonces ¿por qué calificar a Bárcenas de ladrón, si nadie ha denunciado un robo?
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Es más, si Bárcenas, hipotéticamente, dijese al juez: --“Señoría, aunque no estoy obligado a indicar la procedencia del dinero, le diré que un día de invierno, al regresar a mi domicilio por la noche, hacía mucho, pero mucho frío, estaba lloviendo, había niebla y me encontré a un señor aterido de frío, y con una tos preocupante, le quise llevar a un hospital y el ciudadano se negó, por lo que le puse mi gabardina, le invité a un café con leche, después paré un taxi, le dí al taxista 200 euros y le indiqué que llevase al enfermo ciudadano a su domicilio. Varios días después, al abrir el buzón del correo de casa, me encontré un sobre con dinero, mucho dinero, en billetes de 500 euros, llegando a pensar que fue como agradecimiento a aquel acto. Los sobres de agradecimiento aparecieron en varias ocasiones más”--. Nadie podría argumentar nada en contra de ese, improbable suceso. Pero el presunto, estaría dentro de la Ley, al utilizarlo como argumento.
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Usted, amigo lector, me indicará ¿Y qué ocurre con la no declaración a Hacienda? En efecto, ¿qué ocurre? –seguramente habrá delito fiscal—y el tratamiento al presunto defraudador deberá ser el mismo, de simpatía, antipatía o reproche que el que se le ha otorgado por el mismo, presunto delito, a Lionel Andrés Messi Cuccittin, jugador del Barça. Se cuantifica la sanción, se paga la misma y se acabó el caso Bárcenas.
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En el fondo, usted y yo, considerado lector, pensamos lo mismo sobre esta cuestión, igual que sobre las “señoras de moral descuidada”, porque: --¿quién tiene más pecado, las que pecan por la paga, o quienes pagan por pecar?--. Un informe del Tribunal Europeo de Cuentas,  presentado el mes pasado en Bruselas denuncia que: --“el coste medio de construcción de un kilómetro de carretera en España sale muy por encima del coste de las carreteras construidas en el resto de la U.E.; y el coste medio por uso real de las autopistas españolas ha llegado a ser cuatro veces superior al de Alemania”--. De la realidad  de, presuntos, cohechos en la Administración española  no tiene la culpa Bárcenas. Ni de que la energía sea la más cara de nuestro alrededor, y de que siempre ganen las petrolíferas amigas, para que siempre pierdan los transportistas españoles. Manteniendo una estructura donde, hipotéticamente,  alguien cobra comisión por cada barril de petróleo que importa España, a costa de dificultar las alternativas nacionales existentes, creadoras de empleo, colaboradoras con la Seguridad Energética Nacional, y fomentadoras de la actividad empresarial.
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Llegados a este punto del caso Bárcenas, después del juicio, con las pruebas conocidas, y donde no habrá pruebas tangibles que demuestren –la existencia de sobornos, para adjudicar obra pública, en concursos amañados, y por tanto soportando el coste de la obra, más la mordida, y más el favor político. Porque para que haya cohecho hace falta demostrar que algún responsable público, con capacidad para ello, ha otorgado fraudulentamente en el ejercicio de sus funciones, obras o servicios, a las empresas amigas, que pagaron una cantidad –como mordida-- para que el delito se produjese--. Como este supuesto, no se demostrará, es más fácil creer la invención del presunto cuento del imputado, que en la colaboración leal de los partidos con la Justicia.
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Es injusto dedicar antipatía a Bárcenas, y simpatías para aquellas empresas en las que, usted y yo, estamos pensando; y para aquellos dirigentes de gobiernos, --nacional, regionales, provinciales y locales—que serían colaboradores necesarios, junto con prestigiosas empresas del IBEX35 y algún multifacético empresario particular de éxito, que lo mismo sirve para asesorar sobre un roto, que sobre un descosido. Lo correcto es dedicarles a todos el mismo desprecio.
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Les confieso que, Bárcenas no me cae simpático, pero tampoco obtienen mis simpatías aquellos, que están en la mente de todos, tomando acuerdos y decisiones que supone perjudicar a la gran mayoría, para beneficiarse indirectamente como casta, a la vez que favorecen a unas empresas que harán lo mismo, cuando el gobierno cambio de color.
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Por tanto, cuando el juicio a Bárcenas se sustancie, el imputado volverá a su casa, a contar el dinero, más los beneficios que tacita a tacita, produjeron las exitosas inversiones en bolsa de este ciudadano. Y esta es mi postura, salvo opinión más cualificada.
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…He dicho!
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*Es Presidente del Instituto Hispano Luso

1 comentario:

  1. http://politica.elpais.com/politica/2013/10/22/actualidad/1382443184_018551.html

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