domingo, 18 de marzo de 2012

Los anhelos de “la Pepa” que se necesitan hoy

*Por Ángel Rico
.
Mañana se conmemorará el II Centenario de la Constitución de Cádiz, popularmente conocida desde entonces, por “la Pepa”. Considero que sería conveniente que los eruditos, entre los que obviamente yo no me encuentro, hiciesen un estudio comparativo de la realidad socio económico-política de entonces y de ahora, para demostrar el gran número de semejanzas existentes.
.
La Pepa
, se aprobó dos años después de que Napoleón Bonaparte, otorgase a los españoles --tras la renuncia de Carlos IV a sus derechos a la corona de España en favor del francés--, el Estatuto de Bayona, (denominado oficialmente en francés Acte Constitutionnel de l’Espagne) beneficiando a una asamblea de caciques y traidores, que reconocía los fueros navarros y vascos.
.
Entre las innovaciones que introdujo la Constitución de Cádiz están la supresión de la Ley Sálica, la derogación de los fueros vascos y navarros y la supeditación de la Corona a las Cortes. Incomprensiblemente la actual Constitución de 1978, mantiene el “concierto vasco”, el “convenio navarro” y, de facto, la “Ley Sálica”, que prohíbe que una mujer herede el trono y por la que la infanta Elena, y en su caso la infanta Cristina, se han visto obligadas a ceder sus derechos a favor de su hermano menor, el Príncipe de Asturias.
.
Esos precedentes y no creer que “el Estado debe ajustarse a la razón”, permiten que hoy en España tengan protagonismo un importante número de políticos adictos a la invención del pasado y, por tanto, mentirosos con la Historia y con sus reivindicaciones, como nos recuerda Fernando García de Cortazar: “No es que haya historias nacionales porque hay naciones; hay naciones porque hay acontecimientos e historias nacionales”.
.
De la lectura de las crónicas de entonces, por Blanco White, donde nos informa: “Mal podía darse la disidencia en una España marcada por la actividad de la Inquisición, por la prohibición de lecturas y por un cerril monolitismo religioso”. Nos coloca hoy, 2012, frente a la actividad de los elitistas poderes económicos, la escased de lecturas por el Pueblo, provocada por el cerril monolitismo televisivo, que podemos comprobar al mirarnos en el espejo de la actualidad.
.
Si entonces tuvieron que enfrentarse a los grandes beneficiados por el Antiguo Régimen –la monarquía absoluta, la Iglesia Católica y la Mesta por sus grandes privilegios-- que se oponían a los avances; hoy es necesario enfrentarse a los beneficiados por el Régimen actual, a saber: --las petroleras, la banca, los sindicatos, la patronal y los, ineficientes, partidos políticos—Todos con enormes privilegios. También se establecieron en la Constitución de 1812 las facultades de las Cortes para hacer efectivo el principio general de la libertad en la industria, ya que, para su fomento, se consideraba que era preciso "remover los obstáculos" que la entorpecían. Algo que sigue siendo necesario hoy, cuando comprobamos los grandes obstáculos que, por ejemplo, está poniendo la petrolera oficial para evitar que España pueda producir biodiésel, como combustible sustitutivo del petróleo fósil, siendo además, una energía renovable, nacional, más barata y con un enorme potencial de creación de empleo. De estas posibilidades, usted respetado lector ¿sabe lo que piensan los dirigentes actuales? Yo tampoco.
.
Visto lo visto, nosotros el Pueblo, tenemos que hacer hoy más por España, porque la verdad está ahí, es sencilla, evitemos mancharnos con adulaciones que imposibiliten nuestra Libertad para analizar, para criticar, para votar ó para botar. Todos debemos ser protagonistas de nuestros propios episodios cotidianos, para dejar de ser solo materia amorfa dirigida por los objetivos interesados de ciertas clases privilegiadas. Los constituyentes de entonces creían en la independencia de millones de españoles frente al "capricho de uno solo" y, que "cada ciudadano llegue a sentir sus propias fuerzas en la máquina política". Ese mismo deseo de protagonismo social sigue siendo necesario hoy.
.
Debemos tener presente el Art. 2 de la Constitución de 1812: “--La Nación española es libre e independiente, y no es ni puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona--”. Ese principio debe ser reivindicado hoy, por el acechante peligro pedigüeño de los intereses nacional-separatistas que están en la mente de todos. Como entonces, hay que evitar las ambiciones de los que han concebido esperanzas de mando y conseguir que les cedieran "no a una clase de hombres, sino a la patria; no a una corporación, sino a la nación entera" la capacidad legislativa.
.
A los máximos dirigentes del Estado de hoy me permito recordarles lo que, entonces, dijo Agustín Argüelles: "un Estado se pierde igualmente entregándolo al enemigo o equivocando los medios de salvarlo". Se empieza por consentir que no se cumpla la Ley de Banderas, se continúa permitiendo que no se pueda estudiar en español en algunas partes del Estado y se finaliza, aceptando la insumisión fiscal de algunos territorios. La felonía (deslealtad, traición) no es un crimen que cometen solo los reyes indignos de ostentar tan alta distinción, también corren la tentación de cometerla los miembros del Legislativo, del Ejecutivo o del Judicial, que no ponen el interés del Estado, delante de sus intereses personales, de partido o de gobierno.
.
…He dicho!
.
*Es Presidente del Instituto Hispano Luso

No hay comentarios:

Publicar un comentario