jueves, 8 de julio de 2010

Sócrates ¿y ahora qué?

Por Ángel Rico *
.
Como era previsible, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha declarado ilegal el veto del gobierno portugués a Telefónica. En su sentencia el Tribunal de Justicia de la UE ha dictaminado que el mantenimiento de la titularidad de la acción de oro confiere al Estado portugués "una influencia sobre la gestión de PT que no está justificada por la magnitud de la participación que mantiene y que puede disuadir a los operadores de otros Estados miembros de efectuar inversiones directas". El Tribunal añade que los potenciales accionistas «no pueden participar en la gestión y el control de la empresa portuguesa de modo proporcional al valor de sus acciones y, además una eventual negativa por parte del Estado a aprobar una decisión importante para la sociedad puede pesar sobre el valor de sus acciones y, por tanto, disuadir a los accionistas de invertir».
.
El veto de Sócrates al acuerdo de PT, amparado en la presunta fuerza moral del verso de Horacio, que revelan su estado de ánimo: "Quien teme la tormenta, acaba a rastras". Esgrimiendo como argumento jurídico que “PT tiene sus estatutos, que son la ley. No hemos lesionado los derechos de nadie. Estamos defendiendo nuestros intereses y tenemos derecho a ello. No ha habido violación de ninguna regla o ley. Los derechos especiales que tiene el Estado con 500 acciones son resultado de una decisión aprobada por los accionistas cuando se privatizó Portugal Telecom. Durante muchos años los accionistas han convivido bien en este marco. Nunca pensé que usaría los derechos especiales, porque siempre confié en que Telefónica tendría el sentido común de considerar los intereses estratégicos y de negociar con la administración de PT. Telefónica sabía que teníamos estos derechos especiales desde hace muchos años”.
.
Es paradójico que Sócrates contradijese, tan claramente, los principios de la Unión Europea amparados precisamente por el Tratado de Lisboa. Y claro, el Tribunal de Justicia de la UE, dijo lo que era previsible: “Sócrates actuó de una forma ilegal” y no actuó apoyado en criterios jurídicos sólidos. En este momento del proceso, solo hay dos (2) caminos, a saber: se rectifica de forma inmediata devolviéndole la autonomía de decisión y gestión a PT, ó se inicia un proceso judicial que perjudicaría la imagen y los intereses generales de Portugal.
.
Son muchos los sectores portugueses que pueden optar a, seguir beneficiándose de, las ayudas comunitarias. Ayudas que están reguladas por disposiciones aprobadas mediante soportes legales comunitarios. Y que, podrían verse perjudicados por actitudes tan escasamente meditadas. La mejor forma de defender los intereses de Portugal, en general, y de la economía, en particular, es dotar al empresariado portugués, de los instrumentos necesarios para el desarrollo y ampliación de las posibilidades de introducirse en el mercado exterior. Mercado que mayoritariamente se centra en la Unión Europea. La misma UE a la que, Sócrates, quiere burlar con actitudes de mal gobernante, que rebosan un anacrónico nacionalismo, perjudicial para la mayoría de portugueses.
.
La crítica situación en la que se encuentra Portugal, tiene mucho que ver con el particular estilo de hacer política. Donde se piensa más en el corto, cortísimo, plazo que, en la búsqueda de objetivos mediante la siembra de recursos legales que faciliten la consecución de los objetivos previstos.
.
Obviamente, esa sería una forma de hacer política desconocida tanto por Sócrates, como por su amigo Zapatero. En ambos casos actúan como “el perro del hortelano”, es decir, ni hacen lo que tienen que hacer, ni permiten que lo hagan los accionistas de PT. Y así nos va a todos.
.
Cuando Sócrates dijo en la entrevista de El País (04-07-2010) que “la Comisión Europea, desde hace muchos años, derivan no sólo de posiciones económicas, sino también de posiciones ideológicas ultraliberales contra la presencia del Estado”, estaba admitiendo, de facto, que no cree en los principios que rigen la Unión Europea, la misma UE que aportó una parte importante al PIB portugués de los últimos años (2,3%).
.
Entendiendo que no hay un ministro con capacidad suficiente de decirle en privado a Sócrates, lo negativo que es para Portugal ese tipo de actitudes, me permito con todo el respeto, hacerle ver lo contradictoria que es pretender estar a la vanguardia de los tiempos, con ejemplos del más rancio colonialismo.
.
De todos depende que Portugal recupere el ritmo de creación de empleo, que sería el mejor síntoma de que ha vuelto la esperanza en todas las posibilidades que tiene el país. Pero para ello, hay que dejar que sea la iniciativa privada quién tome el timón del desarrollo, permitiendo que sectores económicos con enorme potencial como “el turismo de interior” y la “producción de biodiesel” puedan ponerse a trabajar, a crear empleo, riqueza y futuro para todos.
.
He dicho…!
.
*Es Presidente del Instituto Hispano Luso




No hay comentarios:

Publicar un comentario