*Por Ángel Rico
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Estimado amigo:
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He conocido que la semana pasada te viste obligado por las circunstancias, primero, las particulares que está sufriendo el sector del Transporte y, después, por la realidad de la economía nacional, a abandonar tu profesión. Te fue imposible seguir lidiando por más tiempo con los bancos, las deudas y la refinanciación de las hipotecas y, como resultado has perdido tu casa, tu camión y tu profesión.
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Por todo lo anterior, te envío mi sentimiento y mi compromiso personal contigo y con tu familia. Pero llegados a este punto, resulta imposible darle la espalda, por más tiempo, a los hechos que te han colocado al borde del abismo personal y familiar. En algún momento tendrás que enfrentarte a ti mismo, para aceptar cual fue tu parte de culpa en todo lo ocurrido.
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Cuando las cosas empezaron a estar mal, y se te dijo reiteradas veces, que no era rentable trabajar por debajo de 1,20 euros por kilómetro, tu incapaz de soportar la presión de la familia, de forma más o menos clandestina y dando la espalda a tus compañeros, aceptaste realizar servicios a 0,70 euros por kilómetro. Lo que, como has comprobado, no resultó rentable porque perdiste dinero. Cuando tus compañeros acordaron parar la actividad del Transporte, como fórmula de presión ante la actitud del Gobierno, tú no apoyaste aquella medida, y de forma claramente egoísta, tu camión trabajó cuando otros pararon, con ambos ejemplos, decidiste perder tu dignidad para conservar el trabajo y, como desgraciadamente has comprobado: “además de perder la dignidad, has perdido el trabajo”.
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Cuando, como cantos de sirena, te ofrecieron trabajos “tremendamente interesantes” y se te advirtió, que los que te hacían tales ofertas, no disponían de la garantía empresarial, ni personal, que te diera seguridad de que ibas a cobrar por tu trabajo, lo que te aseguraron que te pagarían, decidiste arriesgarte, porque tú eras capaz de conquistar el mundo solo. Has comprobado desgraciadamente, lo solo que uno está cuando te devuelven unos pagarés, que estaban condenados a ser devueltos, cuando conquistaron tu voluntad para que aceptases aquel trabajo viciado desde el principio.
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Ha sido una sucesión de hechos los que te han dejado fuera de la profesión. Cuando empezaste a aceptar, como mal menor, que los riesgos por un trabajo fuera de la Ley, los asumirías tú, en vez de los que te contrataban, traspasaste esa invisible línea sin retorno.
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Arriesgarse a transportar más carga de la permitida, fue un error. Y la multa que te viste obligado a pagar cuando te pillaron te lo demuestra. Cuando al final de tu carrera hacia ninguna parte, incluso, trabajaste sin seguro ¿Qué le habrías dicho a tu familia si hubieses sufrido un accidente?
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Es mala tu situación personal, y me consta, porque te conozco, que lo estarás pasando mal, lo que no entiendo es ¿Por qué no quisiste ver que te acabaría pasando lo mismo que les ocurrió, antes que a ti, a los que cometieron los mismos errores? ¿Por qué te creíste el más sabio de la profesión? ¿Por qué sí se equivocarían los demás y no tu?
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Desgraciadamente, ahora dispondrás de mucho tiempo para meditar sobre lo que te ha ocurrido. Empezarás culpando de tu situación a todo el mundo. A este Gobierno, que es verdad que tiene gran parte de culpa; a los de la Asociación que, según tú, no hicieron por ti, lo que tú no estuviste dispuesto a hacer por ti mismo; a la crisis internacional, a todos. Hasta que llegue el día –que llegará-- en que tú conciencia te obligue a mirar, cara a cara, a tus hijos y a decirles la verdad. Que tu forma de actuar fue la gran culpable de la situación en la que se encuentra toda la familia. En definitiva, tendrás que decirles que ahora te tocará pagar con el paro, lo que no fuiste capaz de defender cuando pudiste hacerlo.
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Porque ningún profesional del Transporte de mercancías por carretera, es capaz por sí solo, de defenderse ante la gran cantidad de intereses creados en su contra, que implican al Gobierno y, a la mayoría de las empresas que se han estado enriqueciendo a costa de personas, solitarias, listas y ciegas, como tú.
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Creo que, a pesar de todo, puedes hacer una labor importante, la de ayudar a tus compañeros a no cometer tus mismos errores, comentando tu experiencia, para demostrar que transitar bordeando la Ley, de noche y por carreteras secundarias, no llevan a ningún lugar positivo. Porque la fuerza del Transporte no se encuentra, en la valentía de profesionales como tú, que al final de la ruta personal, solo les queda mirar una y otra vez a esos malditos pagarés devueltos y, con muchas dificultades de ser cobrados, y a la familia, a la que hubo que tener fuerza para contarles la verdad antes de empezar a transitar por aquellos caminos que te han dejado, donde ahora estás.
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Espero encontrarme contigo pronto, para darte un fuerte abrazo, y para obligarte, a empujones si hiciera falta, a que retomes el camino en compañía de, todos aquellos, para unidos conseguir la fuerza invencible que se tiene, cuando la fuerza se basa en la unidad y no en la creencia de que, cada uno de los afectados, por designación divina, es el más listo del colectivo.
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Un abrazo y hasta pronto
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…He dicho.
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Postdata: Mientras lees esta nota el petróleo brent, se cotiza hoy a 113,91 dólares, el gasóleo lo pagamos a 1,285 euros por litro. Y han transcurrido 278 días que el Ministerio de Economía y Hacienda sigue, pese a su potencial impacto presupuestario, sin hacer nada en relación al inmenso fraude del IVA que le fue comunicado. ¡Dejando, la Hacienda Pública, de ingresar cientos de millones de euros!
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*Es Presidente del GEA
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Estimado amigo:
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He conocido que la semana pasada te viste obligado por las circunstancias, primero, las particulares que está sufriendo el sector del Transporte y, después, por la realidad de la economía nacional, a abandonar tu profesión. Te fue imposible seguir lidiando por más tiempo con los bancos, las deudas y la refinanciación de las hipotecas y, como resultado has perdido tu casa, tu camión y tu profesión.
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Por todo lo anterior, te envío mi sentimiento y mi compromiso personal contigo y con tu familia. Pero llegados a este punto, resulta imposible darle la espalda, por más tiempo, a los hechos que te han colocado al borde del abismo personal y familiar. En algún momento tendrás que enfrentarte a ti mismo, para aceptar cual fue tu parte de culpa en todo lo ocurrido.
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Cuando las cosas empezaron a estar mal, y se te dijo reiteradas veces, que no era rentable trabajar por debajo de 1,20 euros por kilómetro, tu incapaz de soportar la presión de la familia, de forma más o menos clandestina y dando la espalda a tus compañeros, aceptaste realizar servicios a 0,70 euros por kilómetro. Lo que, como has comprobado, no resultó rentable porque perdiste dinero. Cuando tus compañeros acordaron parar la actividad del Transporte, como fórmula de presión ante la actitud del Gobierno, tú no apoyaste aquella medida, y de forma claramente egoísta, tu camión trabajó cuando otros pararon, con ambos ejemplos, decidiste perder tu dignidad para conservar el trabajo y, como desgraciadamente has comprobado: “además de perder la dignidad, has perdido el trabajo”.
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Cuando, como cantos de sirena, te ofrecieron trabajos “tremendamente interesantes” y se te advirtió, que los que te hacían tales ofertas, no disponían de la garantía empresarial, ni personal, que te diera seguridad de que ibas a cobrar por tu trabajo, lo que te aseguraron que te pagarían, decidiste arriesgarte, porque tú eras capaz de conquistar el mundo solo. Has comprobado desgraciadamente, lo solo que uno está cuando te devuelven unos pagarés, que estaban condenados a ser devueltos, cuando conquistaron tu voluntad para que aceptases aquel trabajo viciado desde el principio.
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Ha sido una sucesión de hechos los que te han dejado fuera de la profesión. Cuando empezaste a aceptar, como mal menor, que los riesgos por un trabajo fuera de la Ley, los asumirías tú, en vez de los que te contrataban, traspasaste esa invisible línea sin retorno.
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Arriesgarse a transportar más carga de la permitida, fue un error. Y la multa que te viste obligado a pagar cuando te pillaron te lo demuestra. Cuando al final de tu carrera hacia ninguna parte, incluso, trabajaste sin seguro ¿Qué le habrías dicho a tu familia si hubieses sufrido un accidente?
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Es mala tu situación personal, y me consta, porque te conozco, que lo estarás pasando mal, lo que no entiendo es ¿Por qué no quisiste ver que te acabaría pasando lo mismo que les ocurrió, antes que a ti, a los que cometieron los mismos errores? ¿Por qué te creíste el más sabio de la profesión? ¿Por qué sí se equivocarían los demás y no tu?
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Desgraciadamente, ahora dispondrás de mucho tiempo para meditar sobre lo que te ha ocurrido. Empezarás culpando de tu situación a todo el mundo. A este Gobierno, que es verdad que tiene gran parte de culpa; a los de la Asociación que, según tú, no hicieron por ti, lo que tú no estuviste dispuesto a hacer por ti mismo; a la crisis internacional, a todos. Hasta que llegue el día –que llegará-- en que tú conciencia te obligue a mirar, cara a cara, a tus hijos y a decirles la verdad. Que tu forma de actuar fue la gran culpable de la situación en la que se encuentra toda la familia. En definitiva, tendrás que decirles que ahora te tocará pagar con el paro, lo que no fuiste capaz de defender cuando pudiste hacerlo.
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Porque ningún profesional del Transporte de mercancías por carretera, es capaz por sí solo, de defenderse ante la gran cantidad de intereses creados en su contra, que implican al Gobierno y, a la mayoría de las empresas que se han estado enriqueciendo a costa de personas, solitarias, listas y ciegas, como tú.
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Creo que, a pesar de todo, puedes hacer una labor importante, la de ayudar a tus compañeros a no cometer tus mismos errores, comentando tu experiencia, para demostrar que transitar bordeando la Ley, de noche y por carreteras secundarias, no llevan a ningún lugar positivo. Porque la fuerza del Transporte no se encuentra, en la valentía de profesionales como tú, que al final de la ruta personal, solo les queda mirar una y otra vez a esos malditos pagarés devueltos y, con muchas dificultades de ser cobrados, y a la familia, a la que hubo que tener fuerza para contarles la verdad antes de empezar a transitar por aquellos caminos que te han dejado, donde ahora estás.
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Espero encontrarme contigo pronto, para darte un fuerte abrazo, y para obligarte, a empujones si hiciera falta, a que retomes el camino en compañía de, todos aquellos, para unidos conseguir la fuerza invencible que se tiene, cuando la fuerza se basa en la unidad y no en la creencia de que, cada uno de los afectados, por designación divina, es el más listo del colectivo.
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Un abrazo y hasta pronto
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…He dicho.
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Postdata: Mientras lees esta nota el petróleo brent, se cotiza hoy a 113,91 dólares, el gasóleo lo pagamos a 1,285 euros por litro. Y han transcurrido 278 días que el Ministerio de Economía y Hacienda sigue, pese a su potencial impacto presupuestario, sin hacer nada en relación al inmenso fraude del IVA que le fue comunicado. ¡Dejando, la Hacienda Pública, de ingresar cientos de millones de euros!
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*Es Presidente del GEA
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