*Por Ángel
Rico
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Los clásicos nos enseñaron que: --Quien no es digno del cargo que ocupa,
merece perderlo--. Y eso es lo que está empezando a ocurrir en la Monarquía hispana. Alguien dijo que –“Cuando los españoles no sabemos qué hacer
echamos a los Borbones”--; algo
que en realidad solo ocurrió una vez, con la tatarabuela del actual monarca, Isabel II, mediante la Revolución de 1868 o “La Gloriosa ”, (Alfonso
XIII,--abuelo de Juan Carlos I--
tras las elecciones de abril de 1931, que no ganaron los republicanos, pero que
cobardemente, prefirió coger las del Puerto de Cartagena y que “allí –en Roma--
me las den todas”). Las actuaciones y omisiones del Jefe del Estado, están haciendo que muchos, --demasiados-,
españoles estén releyendo la Historia para irse
convenciendo que: –cuando la
Monarquía no es
buena para España, lo mejor es
cambiar de régimen--.
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Los datos del CIS y de las encuestas publicadas por la prensa, indican que: --La Monarquía solo cuenta con el apoyo de
la mitad de los españoles--. Contrario
sensu, la mitad de España está en su contra. Algo que
debería hacer cambiar la actitud en la Casa Real ,
debiendo trasladar el Príncipe de
Asturias, la “lealtad hacia el Monarca”,
por la “lealtad hacia España”, porque
será, el Príncipe, el primer perjudicado,
junto a los españoles del, cada día más previsible, cambio de régimen. La
abdicación inmediata es algo exigible, por razonable, por sentido común y,
porque: –El Jefe de Estado que no
tiene fuerzas para pasar revista a las Tropas
Españolas, no tiene la necesaria fuerza para dirigir el destino de los
españoles--. ¿Por qué no le muestran al Rey
sus propias renqueantes imágenes?
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Su A.R.
el Príncipe de Asturias, debería
entender que: --empieza a cansar a España
tener que salvar a la Monarquía de sí
misma--. ¿Por qué debemos defender al Príncipe
de Asturias, por lo que no es capaz de defender por Sí mismo? --Señor,
corréis el riesgo de escuchar, mutatis
mutandis, algo similar a lo que la Sultana , Aixa, le dijo a Boabdil: --“llora como mujer
lo que no supiste defender como hombre”--. Al fin y al cabo, el artículo
14, de la Constitución dice:
--Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer
discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o
cualquier otra condición o circunstancia personal o social--. Iguales, todos,
menos Vos, Señor.
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La descomposición en la que se encuentra
la Nación , por la injustificada sucesión de
omisiones constitucionales por parte de las más altas magistraturas del Estado, obliga a preguntarse ¿qué grado
de responsabilidad tiene la Monarquía en la
actual situación? Porque se empieza por aceptar que --“hablando se entiende la
gente”--, y se continúa pretendiendo resolver la cuestión pronunciando --“las
intransigencias que llevan a maximalismos y políticas rupturistas que no nos
conviene nada”— Respetado lector ¿usted, entiende lo que quiso decir el Jefe del Estado?—Yo, tampoco.
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Hay cargos que deben ganarse todos los días, y uno de esos cargos
es la Jefatura
del Estado de España. Una Nación que está corrompida, al permitir
que: “no se cumpla la Constitución ”, ni
“las sentencias del Tribunal Supremo”,
ni “la ley de banderas”, etc. Cuando la Monarquía ,
no encabeza la solución de la defensa del Estado,
es porque forma parte del problema del Estado.
Es sabido que: --No se puede razonar con los fanáticos; hay que ser más fuertes
que ellos— (Émile Cartier, dijo) Y esa es la cuestión ¿se está
dispuesto a ser más fuerte que los fanáticos, o se acabará siendo cómplice de
los mismos? La unidad de España y de
los españoles, es más importante que quien dirija, temporalmente, la Nación.
Los dirigentes pasan, la nación permanece, la Historia
pone a cada cual en su lugar. Y España
es, y debe seguir siendo, la primera Nación-Estado
de Europa.
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Mantener el actual estatus quo, es tan barbaridad como “pretender seguir cobrando
comisiones por la representación empresarial española en el exterior”. El New York Times, lo puso negro sobre
blanco, el pasado 28 de septiembre: -- “Al
revés que otros monarcas europeos, Juan
Carlos llegó al trono tras la muerte del dictador Franco con lo puesto, y ha trabajado duro para generar su propia
fortuna al margen de la asignación anual que le otorgan los PGE”— (sic) Con una fortuna
estimada en más de 2.300 millones de dólares, según la prensa especializada,
noticia que jamás fue desmentida.
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Es posible que desde la
Real Casa , se piense que,
un servidor, por lo aquí escrito soy un lacayo que sirve mal; pero es que, un
servidor, conoce lo que dijo, Willy
Brandt: --Permitir una injusticia significa abrir el camino a todas las que
siguen--. Y no sería justo que España
se desmembrase por la apatía de un Jefe del
Estado renqueante e incapaz.
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…He
dicho!
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*Es
Presidente del Instituto Hispano Luso
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