sábado, 1 de diciembre de 2012

Las promesas se hacen para cumplirse


*Por Ángel Rico
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Tengo que confesarle, respetado lector, que ¡nunca, nunca!, repito ¡nunca!, pensé que, un servidor, acabaría diciendo lo siguiente: --El PSOE tiene razón cuando dice que “el PP, en menos de un año, ha incumplido todas sus promesas”--. Este hecho es una cuestión que no admite discusión, al ser una realidad evidente; que no convierten en buenos los hechos de los anteriores gobiernos de Zapatero, pero que presentará al actual, ante la Historia, en el apartado de la mentirosa mediocridad.
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Resulta insultante recordar las siguientes promesas electorales de Rajoy, por ejemplo: --“Mantener la revalorización de las pensiones”; "No habrá rescate a la banca";  “No habrá subida de impuestos”;  “Yo no voy a hacer el copago”;  “No subiré el IVA” y la fundamental, dicha en el Debate de Investidura “Mantendré mis compromisos electorales”--.
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De igual forma que los ciudadanos se dividen entre: --“fumadores” y “no fumadores”--, en la política nacional la división está entre: --“los que no ven, ni verán nunca, los incumplimientos de Rajoy” y “los que si los vemos, porque están ahí”--.  Yo, me encuentro entre los últimos, y no por deslealtad, sino porque opino que –el Gobierno de España tiene que dejar de aparentar que se quieren hacer las cosas y empezar a hacerlas de una vez--. Y alguien de debe decir que “urge cambiar el rumbo”.
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Apostar el futuro general de España a la reducción del déficit, y cuando ese objetivo se logre, entonces se hará lo demás; es un peligrosísimo anacronismo, que pone a dos generaciones de españoles, al borde de tener que jugarse su presente y su futuro a la “ruleta rusa” donde, cuando se gana –gana el Gobierno—y cuando se pierde –perdemos los españoles--. Es inadmisible que el Gobierno, para ganar tiempo, utilice el futuro de millones de personas, como moneda de cambio. Para que el Gobierno tenga tiempo, nosotros debemos hipotecar nuestro futuro, algo que no es justo, por el elevadísimo coste de una transacción tan egoísta y tan insegura.
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Como justificación repiten que --“es imperativo reducir el déficit”—Pero mientras se consigue esa reducción ¿Qué ocurre con la economía nacional? ¿Qué ocurrirá con los seis millones de desempleados? ¿Quiénes son los estrategas del Gobierno encargados de planificar la generación de crecimiento y, por tanto,  de empleo? Porque todo lo que ahora estamos viendo podría resumirse –si se me permite el símil—  en algo equivalente a que para disminuir las cifras de desempleo, los estrategas hubiesen propuesto matar a los parados. Es así de desagradable, de real y de desconcertante, lo que cada día conocemos del Gobierno de España. El ahorro del déficit que afecta a los ciudadanos podrá disminuirse, hasta el punto en que no haya ciudadanos a quienes pueda beneficiar el ahorro.
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Mientras los ciudadanos, --desempleados, jubilados, enfermos, necesitados de justicia, etc.,— se enfrentan a la dura realidad de vivir cada día en España, tenemos delante la realidad mastodóntica de la estructura del Estado, con unas comunidades autónomas que tienen un déficit de 50.000 millones de euros, y donde los recortes se centran solo en lo que afecta a los ciudadanos, pero no en lo referido a la casta política.
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Por ejemplo, en Castilla-La Mancha los miembros del gobierno regional, tienen la única consigna, de no apoyar ningún proyecto emprendedor que suponga gasto, aunque dichos proyectos  creen actividad empresarial, por tanto aumento de empleo y, en definitiva, ingresos por IVA, IRPF para el Estado. Los burocranchegos se limitan a repetir, --no puedo gastar, no puedo gastar--, siendo indiferente la dirección general o negociado que ocupen los burócratas, como los zánganos en las colmenas, no se conoce ningún fruto como resultado de tales actitudes. Para los contribuyentes sería más barato, que se suprimiesen todos esos improductivos negociados, y así, al menos, se ahorrarían los gastos fijos de unos departamentos que no producen absolutamente nada para la sociedad para la que, teóricamente, sirven.
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Pero, en cambio, Castilla-La Mancha mantiene la televisión pública regional con unas pérdidas de 50 millones de euros al año (136.986 euros al día; 5.708 euros cada hora; 95 euros al minuto ó 1,6 euros cada segundo) una televisión regional, con una pésima calidad, que tiene el record de ser  la que más horas de corridas de toros, emite de todas las televisiones del planeta. A muchos televidentes de esta cadena, se les está poniendo cara de banderillero. Si usted se cruza con alguna persona con cara de banderillero, con toda seguridad es un ciudadano consumidor de la programación de esta carísima cadena.
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Por tanto, resulta incoherente  la necesidad de disminuir el déficit nacional, y permitir estos despilfarros regionales. Las promesas se cumplen, y si no las cumple el gobierno no necesitará al partido de la oposición para señalar lo que hace mal, lo estará evidenciando él solo. Y quienes ponemos la realidad de manifiesto, no es desleal quien pone de manifiesto el incumplimiento de una promesa, el desleal es quien incumple lo prometido. Como dijo Charles Dickens: “Los caminos de la lealtad son siempre rectos”.
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…He dicho!
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*Es Presidente del Instituto Hispano Luso

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