*Por Ángel Rico
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Dice
la leyenda que, Boabdil, al salir de
Granada camino del exilio, volvió la
cabeza, en lo que hoy se denomina “Suspiro del moro”, para ver la ciudad por
última vez y lloró, al tiempo que escuchó de boca de su madre la sultana Aixa: --“Llora como mujer por lo que no
supiste defender como hombre”--. Aquello sucedió en 1492 y la derrota de Henrique Capriles Radonsqui, candidato
de la Mesa de
Unidad Democrática a la presidencia de Venezuela,
volvió a ocurrir ayer, 15 de abril de 2013, donde perdió por poco ¡pero perdió!
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La
reiteración en las derrotas de Capriles
nos hace recordar ese proverbio Oriental: --“Es absurdo continuar haciendo siempre lo mismo y esperar resultados
diferentes”— máxima política que ha quedado demostrada en el caso
venezolano, donde tanta culpa tiene el viciado y corrupto régimen político
existente, como Capriles que
pretendía liderar el cambio, aplicando estrategias, tácticas y discursos
incomprensibles en una sociedad anaerobia.
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Una
campaña electoral es el --conjunto de actividades organizativas y de
comunicación realizadas por los candidatos y partidos que tienen como objetivo
la captación de los votos suficientes para alcanzar los resultados
propuestos--. Al gobernador del estado de Miranda
(Capriles), y nuevamente derrotado
(por 234.935 votos) candidato a la presidencia, la ha faltado preparación de campaña, al no
definir con claridad, el electorado objetivo fiel, el electorado objetivo
contrario, y el electorado objetivo indeciso. Cuando se utiliza el mismo mensaje
para los tres tipos de electorados, se pierden oportunidades, se malgastan los
recursos y se consiguen pocos votos nuevos, corriendo el riesgo de perder
alguno de los propios, por aquello de “más vale lo malo conocido que lo bueno
por conocer”.
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Una
de las cuestiones elementales en una campaña electoral es saber que: –la
percepción es más importante que la realidad--, y no se puede modificar la
tendencia del electorado venezolano (7.505.338 electores) cree que un muerto
puede comunicarse a través de un pájaro. Y que un conductor de autobús, es el
líder que necesita un estado moderno. Esa realidad, de política anaerobia, hay
que afrontarla presentando las propuestas mediante un conjunto de
personalidades de distintos espectros sociales, como una alianza invencible.
Porque los anaerobios votan a caballo ganador.
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Los
mensajes no verbales y los discursos de Capriles
durante la campaña electoral, fueron los
de un candidato perdedor, dirigidos a un público que no quiere identificarse
con los que van a perder. –Lamentable, pero cierto--
Capriles, dedicó más tiempo a contrarrestar las palabras de Maduro, que a popularizar las propias,
y cometió el inmenso error de dedicar su tiempo a convencer a quienes no
quieren ser convencidos, porque como escribió, Alejandro Jodorowsky: --Los
pájaros nacidos en jaula creen que volar es una enfermedad— La mayoría de
los venezolanos no saben lo que hay al otro lado del populismo mentiroso e
imposible de un país con el legado de Chavez:
--una alta inflación, enorme déficit fiscal, aumento de la deuda pública,
escasez de alimentos, de divisas, apagones y creciente dependencia del petróleo--,
porque creen que la realidad del mundo mundial es como la suya.
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Tras
la penúltima derrota, Capriles optó
por encerrarse en sus cuarteles de invierno, cuando lo aconsejable habría sido
que su campaña electoral a la presidencia se hubiese mantenido viva desde
entonces, buscando permanentes apoyos intelectuales y de imagen en el exterior,
que se comprometiesen, al menos, a participar como observadores electorales ante
el Consejo Nacional Electoral (CNE)
para prevenir el fraude que ha existido. A Capriles
le venció la soberbia de creerse el mejor de los segundos, y no supo rodearse
de personalidades que mostrasen una propuesta política de amplio espectro. Con esto no quiero sugerir que se debieron
utilizar promesas electorales a lo Rajoy,
--proponer unas cosas en campaña, para hacer exactamente lo contrario una vez
en el gobierno--; (actitud que se
estudiará en las facultades de ciencias políticas, como ejemplos de lo que los
políticos decentes nunca deben hacer) sino, presentar un conjunto de
personas con el mensaje de “Venezuela,
somos nosotros, somos todos” ¡Joven principalmente eres tú! Los jóvenes no
quieren pájaros legislando, quieren trabajo, quieren seguridad en las calles,
quieren futuro. Pero para cambiar de régimen, es necesario que sepan que supone
el cambio.
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Un
país donde el 60% de la población tiene menos de 30 años, necesita de un
mensaje específico para despertar el entusiasmo de los potenciales votantes. Lo
que hace falta en política es: --Tener algo que proponer, saberlo hacer y que
te voten--, ni más, ni menos. Capriles no
supo hacerlo. Y varias generaciones de venezolanos han perdido su futuro.
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¿Es
posible que el régimen venezolano haya forzado el fraude electoral? Yo estoy
convencido que así ha sido. Algo que puede hacerse cuando la victoria de la
oposición es por pocos miles de votos. Y ahí es donde está lo que pudo
evitarse, porque en política en general, y en una dictadura en particular, --lo que es previsible que ocurra, acaba ocurriendo--.
Lo que habrá que hacer el día después de las elecciones, hay que tenerlo
previsto antes del inicio de la campaña electoral, lo que a mi juicio, no
previó el equipo de Capriles.
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Ahora
hay que esperar el apasionante recuento independiente de votos. Pero cuando un
dictadorzuelo se va a la cama considerándose presidente, al despertarse no
dejará que la realidad le apee del pedestal, con el riesgo del, preocupante,
enfrentamiento civil. De ahí que ahora
toque lamentarse por lo que políticamente debió hacerse y no se hizo; es decir,
lo que la sultana Aixa, le dijo a Boabdil.
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…He dicho!
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*Es Presidente del Instituto Hispano
Luso Brasileño
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