sábado, 11 de mayo de 2013

Fuerza moral en política

*Por Ángel Rico
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Decía Robert Owen que: --“Sin coherencia no hay ninguna fuerza moral”--. Por tanto debe ser la coherencia lo que mueva esas nuevas formaciones y movimientos políticos que están debatiendo sobre participar, o no, en la actividad política para provocar con sus propuestas, que la cosa pública deje de apestar a corrupción y a podredumbre. La coherencia debe ser lo primero que deben transmitir a los ciudadanos que quieren conseguir para su causa; sin coherencia, más temprano que tarde, acabarán siendo arrinconados al lugar del “todos son iguales”.
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Las fuerzas políticas emergentes, deben caracterizarse por tener claros: --el rumbo, el lugar del espectro político que se quiere ocupar, por tanto, el electorado que se pretende conquistar y, finalmente, el tiempo que se está dispuesto a invertir para que su esfuerzo tenga resultados políticos tangibles--. No es lo mismo pretender conseguir los cambios políticos al estilo, por ejemplo, --de los “indignados del 15M” - “la Plataforma Anti Desahucios” ó el “Partido Comunista Revolucionario”—. Es decir, por las bravas, que pretender conseguir los cambios yendo “desde la Ley a la Ley”. Aunque lo anterior parezca una perogrullada, es fundamental tenerlo claro, para saber quienes deben ser los compañeros en ese viaje, ergo, con quienes no se debe contar en ningún momento, para engrosar las filas de sus adeptos tipo.
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El común de los ciudadanos descontentos, exigen tener claro: --qué cosas se defienden y qué cosas no--. Es importante saber divulgar las reformas que se pretende realizar; obviamente si es un partido de nueva creación, tendrá que hacerse en coalición con otros. Porque pretender realizar en solitario los cambios legislativos prometidos, desde un partido político de nueva creación, será una prueba evidente de que ese partido no tiene los pies en el suelo, y que apoyar esa propuesta solo llevará  a sus nuevos partidarios a la melancolía y la tristeza. Porque como Aristóteles nos enseñó: --la política es el arte de lo posible--.
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¿Qué debe ser lo posible para un partido político de nueva creación? Considerando que, en el registro de partidos políticos del Ministerio del Interior, hay legalizados más de 3000 partidos políticos, de todo tipo, creencia y condición, el objetivo de uno nuevo más, deberá ser obtener entre 17 y 25 parlamentarios en el Congreso de los Diputados.
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¿Y eso cómo se consigue? Aclarando, desde el princio, la postura política en cuestiones fáciles de conseguir como, por ejemplo: --El partido político con mayoría minoritaria que requiera el apoyo de esos, 17 – 25, diputados acordará como primera medida, eliminar las ayudas a los partidos políticos, sindicatos y patronal--. Gestos de este tipo, mostrarán al potencial electorado la diferencia entre un partido nuevo, y los partidos establecidos y abotagados por el Régimen. Obviamente, no se obtendrá ningún voto de sindicalistas liberados, ni de próximos a ese pesebre, pero –¡ni falta que hace!--
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Como los grandes cambios políticos empiezan por un pequeño paso, seguido de otro y así sucesivamente, habrá que proponer: --la reforma de la Ley Electoral; la disminución (dentro de la Constitución) del número de diputados del Congreso a, por ejemplo, 300; candidaturas electorales abiertas; y elección de los líderes de los partidos políticos mediante primarias, abiertas, simultaneas y obligatorias--. De esta forma se podrá avanzar hacia la reforma de la organización territorial del Estado.
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Otro de los elementos identificativos de estos nuevos e ilusionantes partidos políticos será –el cumplimiento de las leyes— (de todas las leyes) Un partido que exija que otros cumplan la ley de “Déficit Público” o la “Ley de Educación” no tendrá fuerza moral si, por ejemplo, ese partido inclumple la Ley 42/2010 –antitabaco— en sus reuniones en establecimientos públicos cerrados, porque ¿qué nos debe hacer pensar que, quienes justifican el “mono de nicotina” para fumar donde está prohibido, no incumpliran mañana, pongamos por caso, la Ley de Contratos del Estado, a la hora de adjudicar a unos amigos tal o cual contratación?
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Por eso es tan importante la “Fuerza Moral” de quienes quieren sustituir a los partidos establecidos a la hora de gestionar la cosa pública. Y el decoro se demuestra tanto en las cosas grandes, como en las cosas pequeñas. Los mayores nos enseñaron que: --quienes son incapaces de ser legales en lo pequeño, encontrarán excusas retóricas para no serlo  en lo grande--.
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La condición moral de un nuevo partido político debe ser la expresión de su naturaleza política, el sello de identidad frente a los demás. La ética y la moral deben ser sinónimos en la política creíble, por tanto, no tiene cabida la arbitrariedad en la actividad política pública.
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Desde las elecciones primaras hasta las elecciones generales, los votantes, y no el aparato de los partidos, deben tener el máximo poder, para ser quienes realmente decidan.
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…He dicho!
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*Es Presidente del Instituto Hispano Luso

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