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La sociedad política actual necesita de un
contrapeso, a las afanosas desviaciones de la casta que nos gobierna; para los
halagos, alabanzas y lisonjas, el clan está bien servido. Ese contrapeso necesario tiene la obligación
existencial de decir lo que está pasando en realidad, porque los vicios del
sistema impiden que las injusticias sean conocidas por quienes debieran
conocerlas. Es indiferente quiénes sean los gobernantes, porque estos (los
gobernantes) se rodean de una cohorte de acólitos, que hacen imposible –por lo
que estamos comprobando-- que los que gobiernan sean conscientes de que las
cosas son como son y no como acaban creyendo.
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Los vicios en el sistema están tan
extendidos que, cuando llega una persona valiosa a un ministerio, por ejemplo, Ana Pastor, al
Ministerio de Fomento, los contaminantes tentáculos del sistema la han
acabado asfixiando, así como a los miembros
de su equipo y por ello nos encontramos con --un “ingeniero naval” funcionario del Cuerpo de Ingenieros Navales del Estado, con experiencia en salvamento y
seguridad marítima, que tiene la insolencia de aleccionar al representante del
sector del Transporte de mercancías
por carreteras de lo que tiene que hacerse--. Dar lecciones sobre una materia
sobre la que no se tiene conocimientos, es la evidencia del mal extendido entre una casta que forma parte de los
problemas, que debieran solucionar. ¿Tanto cuesta darse cuenta que, hablar en “ex cáthedra” sobre Transporte de mercancías por carretera con su bagaje personal es
una estupidez? Y ¿La Ministra de Fomento,
no conoce la afición de su equipo a parlamentar con tono magistral de asuntos
de los que son ignorantes, ante profesionales experimentados?
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Esa inclinación oficial hacia los
vicios, debe ser denunciada en todos los casos, en general y, en el sector
del Transporte de mercancías por
carretera, en particular. Hay que recordar que el Comité Nacional de Transportes es el órgano de, orientación y
armonización de los criterios de los distintos componentes del sector, --Informando,
asesorando, colaborando, evacuando consultas, etc.,-- al Ministerio de Fomento sobre las
necesidades del sector. (Artículos 57, 58 y 59 de la Ley de Ordenación de los
Transportes Terrestres) En una primera lectura parece razonable, esa
teórica colaboración entre la Administración y los administrados. Sin embargo
ocurre que: --quienes ocupan tan brillante club de asesores, están ahí (en el
Comité) desde la invención de la rueda, equivocando las soluciones reales de un
sector, para beneficios de familias y clanes particulares--. Ese Comité, con la
actual configuración, apesta a corrupción.
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¿Por
qué ocurre esta desviación democrática? --Porque desde siempre, se permitió
que los aspirantes a formar parte del Comité
Nacional del Transporte (es decir, los de siempre) justificasen la
representatividad, que en realidad no tienen, aportando miles de fotocopias de
tarjetas de hipotéticos transportistas que (en realidad no) les delegaron su
representatividad--. Dando igual que en Democracia
el Gobierno de España sea del PSOE, del PP, del PSOE y nuevamente
del PP, a la hora de la verdad, el
Comité informa al Gobierno que los que deben estar, son los que ya están, es
decir ellos. Lo que imposibilita la entrada en ese órgano asesor del Gobierno,
en materias de Transporte, de
profesionales preparados, no burócratas, del Transporte, con soluciones reales a los problemas reales.
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A los profesionales de verdad del Transporte de mercancías por carretera,
les queda la esperanza que en la renovación del Comité que se tendrá que hacer en este año se tenga en cuenta,
entre otras: –la Sentencia del Tribunal
Supremo (2407/2005) que niega el carácter de documento a las fotocopias,
afirmando que si no han sido rubricadas, ni validadas bajo fe pública “carecen
de carácter de documentos públicos”--. Por lo que, quienes presenten, para ser
miembros del Comité Nacional de
Transportes, fotocopias de, hipotéticas, delegaciones de representatividad,
tengan que hacerlo compulsadas con los originales. Así, y por primera vez, se
podrá comprobar el apoyo real, de profesionales del sector, con los que cuentan
quienes desde ese órgano han venido ejerciendo un reiterado y lucroso tráfico
de influencias, que ha perjudicado al sector.
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Algo tan evidente, es de esperar, que lo
puedan aceptar desde una médico, un licenciado en derecho, una ingeniera
aeronáutica o un ingeniero naval, --que son la parte del Ministerio de Fomento encargados del Transporte por carretera--. Seguir moviéndose al ritmo de la música
que tocan quienes, a juicio de los profesionales reales, son los responsables
de la situación del sector del Transporte
de mercancías por carretera, será la manifestación más evidente de que el traje
del cargo que ocupan les viene muy grande. Ya se puede ser -- médico, licenciado
en derecho, ingeniera aeronáutica o ingeniero naval— si se hace mal, los
profesionales del Transporte de
mercancías por carretera, lo tendrán en cuenta a la hora de darle la patada en
el trasero a los diputados y senadores del partido del actual gobierno, que
aspiren a obtener la confianza de las miles de familias de profesionales de un
sector que es importantísimo para el desarrollo económico y social de España.
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Mientras tanto, al Director General de Transporte Terrestre, Joaquín del Moral, recomendarle
un poco más de recato a la hora de hablar de un asunto del que, por lo que está
demostrando, tiene escasos conocimientos. De igual forma que “el hábito no hace
al monje” la placa en la puerta de su despacho “no le ha hecho conocedor de la
realidad del Transporte”. Ha pasado poco tiempo y
usted ya forma parte del problema.
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…He
dicho!
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*Es
Presidente del GEA & GEA
Tomaremos nota . Y de parte del Colectivo de mujeres de transportista-Gracias
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